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Mostrando entradas de mayo, 2009

Las flores de Tomasita

Doña Tomasita Marcel es hija de un inmigrante martiniqueño, obrero, que vino de “poliéster” (polizonte) en un barco hace más de cien años, y de una dominicana “canillita, que vendía de tó”, especialmente flores. Baja de estatura (supongo que el cubo en la cabeza no la dejó terminar de crecer, quizás hasta la haya puesto más pequeña), es una mujer sencillamente inmensa. Comparte la vivienda que hace muchos años le construyó su marido en Villa Faro, con ocho personas más entre hijos y nietos, y los mantiene a todos. “Mi ranchito es mitad de bloques, con el techo de zinc. Hay que desbaratarlo. Cuando llueve se mete el agua.” ¿Hay suficientes camas? “Muchos tienen y muchos no tienen cama. Duermen como Dios quiere”. Siendo muy joven, se unió maritalmente a un obrero que murió hace diez años debido a complicaciones de hipertensión arterial. De él tuvo cuatro hijos, dos varones y dos hembras. “A veces salen a la calle, uno consigue una cosita, otro consigue otra, pero ahora mismo no hay ná”.