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Mostrando entradas de agosto, 2011

OPS

Si estás apoyando la candidatura presidencial de Hipólito Mejía, pero no estás organizado en el PRD, ni quieres hacerlo; o en el PRD y/o sus comisiones de campaña no te quieren por cualquier motivo, desdeñando tu aporte, básicamente porque juran que no te necesitan, o porque creen que vas a quitarles su turno en la larga fila; o si ya estuviste en una comisión y te desconsideraron, seas perredeísta o no, puedes acudir a la Oficina Política Sectorial. Si eres de credo religioso, preferencia o actividad sexual, práctica filosófica, limitación física o mental, víctima de discriminación, abuso o violencia de cualquier tipo, en fin, cualquier rasgo que te haga lucir “diferente” a lo establecido como “normal” y “adecuado”, y entiendes que tú y tus pares necesitan un capítulo en el Programa de Gobierno, congrégate en la Oficina Política Sectorial. Lo mismo si eres profesional, técnico, perito, comerciante, cooperativista, comprometido con alguna causa, la que sea, y estás decidido/a a sacar

Todos a una

Viendo los resultados de las encuestas de estos días, queda claro que si Danilo consiguiera el 9% que se le atribuye al PRSC, no alcanzaría a Hipólito. Sin embargo, si Hipólito se alza con ese 9%, ganaría ampliamente en la primera vuelta. Es lo que queremos y lo que nos conviene a todos/as los/as dominicanos/as. Mi optimismo (no triunfalismo) está en sus aguas, y más aun cuando leo los nombres de los coordinadores de campaña de Danilo, lo que se dice un Dream Team: de entre todos los impopulares morados, sacaron con pinzas a los más impopulares de todos, y todavía les queda una tremenda reserva, una cantera inagotable de súper impopulares. Euclides, que popular no ha sido nunca, acaba de poner un huevo de avestruz. No se explica cómo un abogado de tanta experiencia, un político de tal trayectoria, se arrastra por el subsuelo a intimar a los anunciantes de un programa tan respetable y respetado como el de Nuria. Entre eso y el profundo dolor de Reynaldo, que hasta parece auténtico

Debe doler, sí

Dice el secretario general del PLD y presidente del Senado que le duele que la población perciba que el PLD y sus componentes son corruptos. Debe dolerle mucho, de verdad, que a pesar de lo mal comía que está la gente – y no solamente la gente pobre, sino también los nuevos pobres, los empobrecidos de este gobierno – su escasa capacidad de pensar alcance para darse cuenta de lo que los peledeístas, no sé a partir de qué criterio, calcularon que nadie notaría. Tiene que doler mucho que quienes en otros tiempos les recogimos tanta hambre y tanta vergüenza a buena parte de los funcionarios de hoy sintamos mucho más que asco de ver en qué consistía la verdadera lucha morada, qué fue lo que en realidad aprendieron en esas logias que eran los círculos de estudio. No sé qué dolerá más, si el desprecio generado entre quienes los conocieron siendo de pobres a indigentes o su miedo de mirarnos la cara sin poder explicar tanta fortuna y, muy especialmente, tanta ingratitud. Seguramente duele

Si no se cacarea,…

Recuerdo que durante su gobierno, Hipólito Mejía acostumbraba a decir que “el huevo que no se cacarea, se pierde”. En estos días, estuve en SeNaSa y encontré el local lleno de vejigas en los colores que identifican la institución. Grande fue mi sorpresa al enterarme de que se trataba del noveno aniversario de esa aseguradora de riesgos de salud, lo que significa que fue fundada en 2002, es decir, dentro del período 2000-2004, probablemente creada por una ley del congreso de aplastante mayoría perredeísta (todos, menos José Tomás). Cada día más, el gobierno morado cacarea los huevos ajenos, y los que no puede cacarear, los esconde. Recientemente, se atrevió el vicepresidente a decir que Hipólito no fue el gestor de las tarjetas Solidaridad, para que vean que de tanto mentir, ellos mismos están creyendo en sus propias mentiras, como quienes han perdido todo el sentido de la realidad. Así, durante la caravana del fin de semana pasado por el Suroeste, dos de tres concentraciones tuvi

Otra vez, caravaneando

Cuando iba a empezar a narrarles mi caravaneo del sábado por el suroeste, con Hipólito por supuesto, revisé los comentarios a mi artículo anterior (no se pierdan esa saga) y encontré uno de quien dice llamarse Pedro que me deshace el hilván de lo que pensaba escribir. Ya venía en la onda de la reflexión sobre esas actividades de campaña, esas movilizaciones de tantas personas, de las cuales, a la mayoría les urge – no una mejoría, sino – un alivio a lo que nos atrevemos a llamar la calidad de sus vidas, y los menos, dejando pruebas materiales de su presencia en esos actos para la hora de pasar factura y reclamar “lo suyo”. El comentario de Pedro me obliga a hacer un alto y leer más de una vez que para los de nuestra generación, los sesentones de ahora, los del medio millón de la UASD, “…todavía para esa época la dignidad, el valor, la capacidad de entrega y de sacrificio no habían desaparecido. Eran los tiempos en que estudiábamos para ayudar, para servir, con el deseo de construir

Estudiar ¿qué?

Hay que estar demasiado falto de oficio y tener una idea demasiado pobre de los demás (siendo los demás sus propios votantes, gobernados y contribuyentes de los tributos que administra sin rendirles la menor cuenta), para alterar la vida de todo un barrio, más la de los barrios que quedan en el camino, movilizar medio gobierno y todos los lambones habidos y por haber, para dizque enterarse de las situaciones que afectan a ese sector de la población, como si no se supieran aun sin haber pasado nunca ni cerca de ahí, y encima concluir con que ahora va a estudiar la información recogida. Todo esto, agravado por el hecho de que esos baños de pueblo, que sólo sirven para hacer más patente el absoluto menosprecio del presidente y todo su gobierno por toda la población y muy en especial los más pobres, también nos cuestan dinero, mucho, del que nos arrebatan para administrar a su sola conveniencia aun sabiendo exactamente para qué lo necesitamos y cuánta falta nos hace. Esto es abuso, des

Cecilia es María Callas

No, no es que le ha cambiado la voz y se volvió soprano. Nada de eso. Es que, dirigida por Carlos Espinal, y acompañada de Dante Cucurullo (El Pianista), Giovanni Cruz (El Tramoyista), Carolina Camacho (La Primera Soprano), Dolly García (La Segunda Soprano) y Nelson Veras (El Tenor), más un equipo de apoyo de primera, Cecilia García interpreta a María Callas en “Master Class” (Cátedra Magistral), de Terence McNally, que se presentará en la Sala Ravelo del Teatro Nacional durante los fines de semana del mes de septiembre, a partir del viernes 9. Quienes conocemos a Cecilia y hemos tenido acceso al libreto estamos azorados de la cantidad de detalles en los que estas dos mujeres, la actriz y el personaje, no necesariamente se parecen, ni las estamos comparando, Dios nos libre, pero se evocan, digamos que coinciden, incluyendo el nombre (María Callas llevaba Cecilia en su nombre), rasgos físicos, giros del lenguaje, actitudes frente a personas y situaciones. Increíble. “Es una historia

Los ritmos modernos

Cuando nos reuníamos en el Malecón los domingos, casi siempre en la terraza del Carimar, había muchos “artistas” que no precisamente nos deleitaban, pero nos divertían muchísimo. Recordamos a los telépatas, al Sandro dominicano, el perico ripiao de albinos que debía retirarse antes del amanecer por el mito de que los albinos no ven de día, y muchos otros, entre ellos un pequeño grupo formado por un guitarrista, un tamborero y un güirero/maraquero que anunciaba “los ritmos modernos”, pero sólo se sabían “debes tener personalidad, oh, personalidad, sí, personalidad…” y ni siquiera se lo sabían completo, además de que ya para entonces esa pieza era viejísima. Eran los únicos que recibían nuestra atención y nuestra pequeña contribución. Todo lo anterior de preámbulo para hacerles saber, por si les interesa, que nos hemos constituido en el grupo “Nunca es tarde” y nos estamos reuniendo para desinhibir nuestras represiones, realizar nuestras fantasías, digamos que pasar esa materia pendien

El inquilino

Lamentablemente, no se trata de la magistral película de Polanski, sino de lo arriesgada y patológica que se está volviendo la relación propietario-inquilino en nuestro país, y la obsoleta legislación que existe al respecto, aparte de que, habiendo tantas instituciones gubernamentales “repetidas” que no hacen nada más que gastar mucho dinero, para los alquileres sólo existe el departamento en el tercer piso de la Procuraduría y ¡una sola magistrada! por suerte, conocedora de la ley y de su oficio. La mayor parte de las querellas llegan de parte de propietarios para que les desocupen sus propiedades por falta de pago o renuentes a devolver los depósitos por el estado en que les dejan sus viviendas. Son los más, y como ven, son monótonos, lo que no les resta ni un ápice de razón cuando la tienen. Las querellas de los inquilinos son menos, pero mucho más variadas. Pasen un rato en la sala de espera del control de alquileres para que oigan historias que van desde un propietario que, al