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Mostrando entradas de diciembre, 2011

La que nos espera

A los peledeístas siempre les ha gustado mucho la llamada “inteligencia”, que no es otra cosa más que el espionaje. En todas sus gestiones, en todas las oficinas hay personal solamente para eso, para que cuente al director o ministro lo que dicen o dejan de decir los empleados. Si bien todos los gobiernos se sirven de esos sicópatas grabadores de conversaciones, el PLD ha violado el derecho a la privacidad de los ciudadanos y ciudadanas de una manera nunca antes vista. Realmente es una enfermedad. Lo que viene ahora es mucho más grave. Ahora se sabrá quiénes tienen precio y quiénes no lo tienen, y los indicadores serán, en primera instancia, nombramientos y cancelaciones: nombramientos para los que tienen precio y cancelaciones para quienes no lo tienen. Eso, para los empleados y empleadas, que para los contratistas y suplidores las cosas no serán distintas: cero uso de sus servicios y falta de pago a quienes no se pongan precio, y contratos y pedidos – aunque tampoco les paguen –

A mano pelá

Quienes estamos, en sesión permanente, trabajando por la candidatura de Hipólito Mejía tenemos la inmensa satisfacción de que nuestro candidato se ha mantenido en la preferencia del electorado a pesar de que, diferente a Danilo Medina, ni disponemos de recursos estatales, ni de la maquinaria del gobierno, ni siquiera de los recursos que pudiera tener en fondo o estar recibiendo el partido que sustenta la candidatura. Sí, porque tanto la asignación de la Junta Central Electoral como algunas donaciones, incluyendo donaciones millonarias, van a las manos de la directiva del partido y, por supuesto, el nunca bien ponderado presidente del mismo no ha dado instrucciones de que se cubran los gastos de la campaña del partido que preside, valgan tanto la redundancia como la paradoja. En consistencia con la ley de acceso a la información y la mística de transparencia, sería muy conveniente que la alta gerencia del PRD mostrara sus numeritos financieros, porque hasta ha circulado la especie d

“Ho dato tutto a te”

Te lo he dado todo. "Ho dato tutto a te", canta Medea, con el alma desgarrada, a Jason cuando ella recibe la carta en la que él le informa que la abandona por otra mujer, más joven, importante, una princesa. Si duro fue lo de Medea, lo de María Callas fue brutal. El aria y el personaje vinieron a resultar de antología, de ontología, cuando Onassis se casó con Jacqueline. Los escasos políticos dominicanos que tienen un cierto nivel de cultura, a pesar de tenerlo, viven perdidos en el espacio sideral. Se atreven a aplicarse la sensación de Medea cuando “sus” respectivos pueblos no los eligen más. Es que, cuando escuchamos a ex funcionarios, particular pero no exclusivamente de puestos electivos, hablando – como tema único – de sus glorias pasadas, nos preguntamos por qué sus beneficiarios les salieron tan mal agradecidos y no votaron más por ellos, si es verdad que hicieron siquiera la mitad de lo que alardean. En una de mis giras caravaneando con Hipólito, comenté a una

Margarita y los niños

A apenas meses de cumplir ocho años en sus “funciones” de Primera Dama, lo mejor que se le ha ocurrido a Margarita, y no por primera vez, es llevar por lo menos dos sectores muy vulnerables de la infancia a cenar al palacio. Uno, el de los niños y las niñas “especiales”, es decir, con limitaciones físicas o mentales. Otro, el de los niños y las niñas “de la calle”. En esta ocasión, además, las siamesas separadas y un par de lágrimas de emoción. Lo que importa es su imagen de generosa, sensible, altruista, y además cree que con una foto anual, navideña, puede convencer, probar al país que se interesa por la suerte de esos menores. En cualquier parte del mundo, particularmente donde le gusta hacer sus compras, esta abominable práctica califica para abuso. Es muy malsano utilizar esos niños y esas niñas para beneficio de su imagen. ¿Qué pensarán esos menores cuando los reclutan para hacer bulto en esas cenas, sin que la vida les mejore ni un ápice? ¿Cuáles son las políticas del flaman

“Mi Navidad, doña”

Cada periódico llega con un sobrecito del repartidor. Los también repartidores, pero de basura, sí, porque lejos de recogerla, más bien la riegan y no de cualquier manera, también entregan su sobre. Y cada año me pregunto lo mismo: ¿no les pagan donde trabajan? ¿no les dan su doble sueldo? ¿qué costumbre es ésa? Nosotros, los chiriperos de nuestros respectivos oficios, no tenemos sueldo, ni seguro de salud, ni plan de pensión y, por supuesto, tampoco recibimos regalía pascual. Pero aun aquéllos que sí la reciben, ¿deben repartirla entre los empleados ajenos? Pagamos por la recogida de basura, servicio que nos dan de muy mala gana y cuando ya tenemos ratones hasta para exportar. Damos por hecho que ni el chofer del camión ni sus ayudantes trabajan a cambio de lo que piden a los usuarios, no solamente en Navidad, sino durante todo el año. Pagamos nuestras suscripciones a los periódicos, únicamente a cambio de que nos lo tiren en nuestras casas, porque los venden en todas las esquin

Sentido de compromiso

No quería volver a mencionarlo. ¡Dios santo! Tengo vínculos de amistad con su esposa y sus cuñadas. Pero daría buena parte de mi vida por saber qué ganaría Miguelito si Hipólito, candidato del partido que él preside, perdiera las “erecciones”. Sería de lo más saludable que empezara por explicar por qué en sus cada vez más escasas apariciones lo único que hace es desautorizar públicamente al candidato, repito, del partido que preside. Ya le recomendé hace un tiempito que si no tiene el menor sentido de compromiso con la causa de su partido, que tome un sabático o, mejor, renuncie a la presidencia y más allá, a la militancia. ¿Cuándo se ha visto que nadie en su sano juicio milite siquiera, mucho menos presida, un partido con cuya causa no comulga? ¿Qué necesidad tan enfermiza es ésa de no perder ocasión de aguar la fiesta, no al candidato, sino a todos los que estamos impulsando esa candidatura? Si presidir el PRD era tan importante para él, no debió presentarse como precandidato, pe

Mensajes gubernamentales

El gobierno, por definición, es el equipo de hombres y mujeres que, si mal no recuerdo, desde el feudalismo para acá, administra el patrimonio de una sociedad, nación o Estado y, en principio, se ocupa del progreso y del desarrollo de sus gobernados, única forma de preservar y mejorar el patrimonio de todos. En nuestra peculiar república, llegar al gobierno es alzarse con el título de propiedad del patrimonio que ha sido puesto en administración y tratar a los legítimos propietarios como un estorbo, de los grandes. Este gobierno morado en particular, nos envía un claro mensaje, no de “sálvese quien pueda”, sino de “púdranse”. Todo lo que existe para la ligera superación de los ciudadanos y ciudadanas hay que destruirlo, ponerlo en condiciones inalcanzables. Y lo niegan con una caradura espantosa. Así, el gobernador del Banco Central invita a los periodistas a un banquete y les dice en su cara que aquí no hay crisis. El egregio vicepresidente de la CDEEE tiene el tupé de decir que