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Mostrando entradas de abril, 2014

El cuerpo del delito

Comentaba con un amigo, no solamente sobre el estilo tan lejano al ejercicio político como se concibe, sino sobre los incalculables – por evidentemente alucinantes - gastos de un conocido en común durante su candidatura a miembro del comité central del partido de gobierno, sabiendo, como sabemos que no ha heredado fortuna; que, como profesional, por muy bien que le vaya, no puede dar para tanto; y, que el puesto que tiene en el gobierno no es un ministerio, ni una dirección general, ni una dirección nacional, ni se trata de una oficina recaudadora, sino de servicios en principio gratuitos. Mi amigo dijo: “ése es el cuerpo del delito”. Y no es abogado. Ni yo. Vivimos rodeados de cuerpos del delito; es más, somos cuerpos de delito. Sí, porque nada más revelador que nuestras condiciones de vida, todo lo que se nos niega, todo lo que se nos arrebata, todo lo que se nos conculca, con el único y exclusivo fin de engrosar las arcas de quienes llegaron al poder con hambre atrasada, con

Violencia, inconsciencia, miseria y culpa

Mi actual empleada doméstica, lejos de facilitarme la vida, constituye un terrible factor de atraso en mi desempeño. No hay día del mundo en que no llegue contándome un problema de los sórdidos, cuando no es de violencia doméstica, es de violencia de género, o de la más cruda violencia económica. Violencia, como sea. Y ahí mismo me dañó el día. Observo su forma de vestir, sus impecables uñas de pies y manos, de colores y dibujos diferentes cada tantos días, su pelo muy bien peinado, innecesariamente teñido y desrizado, y los numerosos tatuajes que le aparecen por todas partes, por lo que puedo inferir que también los tiene en lugares menos visibles. Tiene un celular de los más caros y modernos. Sorprende lo bajito que habla cuando recibe algunas llamadas, y cómo vocea cuando quiere que la oiga y le diga que se vaya, o que no venga al día siguiente, dependiendo del caso y de la hora. En los meses que lleva en casa, nunca ha trabajado una semana completa. Su semana es de cin

Llévense de Hatuey

 “Quien se lleva de consejos, muere de viejo”. Eso nos advertían nuestros padres y abuelos y, por supuesto, jamás les hicimos caso. Sin embargo, lo repetimos a nuestros hijos, alumnos y demás educandos que nos pasan por las manos. Hatuey ha dicho por televisión y en persona a varios de los gestores de la Convergencia que ésta debe ser pactada, que debió ser pactada antes de lanzarla al ruedo. También ha recordado con insistencia que, ni estamos en Chile, ni ninguno de los aspirantes a la candidatura presidencial es Michelle Bachelet. De manera muy especial, los llamados perredeístas mayoritarios – que lo son – deben tener muy en cuenta que Hatuey es el oráculo, el referente del ejercicio político dominicano. Fue de los primeros, si no el primero mismo, en proponer que se creara un gran frente opositor. Casi todos los gestores de la Convergencia en algún momento consultaron con él, parecían contar con él. Según sus propias palabras, públicas, por eso las repito, dijo lo

Nacer, crecer, reproducirse y morir

Así va el ciclo de la vida. Todo lo que vive, primero nace, luego crece, ya debidamente crecido se reproduce y, más adelante, muere. ¿Por qué iba a ser diferente el ciclo de la vida del PRD? En su momento, nació. Creció, ¡cómo creció! Se reprodujo. No tengo idea de cuántos partidos salieron de sus entrañas, pero no han sido pocos. Que ahora muera, es lo más natural, aunque sea doloroso, como todas las muertes. Después de todo, el PRD ha llevado una vida muy intensa. Puede confesar que ha vivido. Igual que a las personas que nos importan, debemos dejarlo ir, no prolongar su agonía. Se cansó. Tiene derecho al descanso y no nos corresponde retenerlo. Einstein decía que la muerte no era más que una ilusión, algo que se nos ha enseñado a aceptar, pero que sólo existe en nuestras mentes. Existe una teoría de que la muerte no es un hecho terminal; que, cuando morimos, como las flores perennes, volvemos a florecer en otro universo. De manera que podemos dejar tranquilamente que en l

Las siglas y el jacho

La labor en la que el PRD Mayoritario debería concentrarse en estos momentos, como la parte más importante para la consolidación de la Convergencia, es un trabajo de concientización de los más o menos dos millones de votantes inscritos en el padrón oficial del PRD que Miguel Vargas tiene secuestrado con el respaldo de las Altas Cortes que obedecen a Leonel Fernández. Viendo, como vemos, la forma en que Miguel Vargas maneja los casi 18 millones de pesos que recibe mensualmente de la JCE, podemos esperar tranquilamente a que pasen las elecciones de 2016, en las que Miguel Vargas, imponiéndose como candidato del partido que dispone de las siglas y el jacho, saque los poquitos votos entre los que se podrán contar los de Angelita y sus hijos, el de Maríñez, el de Fiquito, el de Peggy, los de esos nombres que aparecen en la lista de beneficiarios de los 18 millones que se reparten a la sola discreción de Miguel, y los que cada uno de ellos, con un poco de suerte y mayor gasto, pueda s