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Mostrando entradas de octubre, 2015

Aceptemos la diversidad

Nos encanta hablar de igualdad. Se nos llena la boca cuando pronunciamos esa palabra, cuando hacemos creer que la acogemos. Sin embargo, aquí estamos, en pleno siglo 21, discriminando y excluyendo por aspecto físico –   que, de raza, no podemos hablar. Faltan palabras para describir a lo que nos atrevemos cuando se trata de personas con limitaciones mentales, discapacidades físicas, vida sexual socialmente condenada, credo filosófico o religioso “no oficial”, maternidad precoz, y demás ingredientes de la división en que nacimos, crecimos y, si no andamos rápido, moriremos. Con actitud altruista, los llamamos minorías y los ponemos bien lejos de nosotros. Un poco de caridad de vez en cuando para acallar la conciencia y, preferiblemente, parecer buena gente ante los demás. Bueno, sólo hay que pensar que nos damos el lujo de evaluar a las personas “iguales” por sus celulares, sus carros, su tipo de vivienda, su forma de vestir, en otras palabras, su capacidad de endeuda

Los Cachimbos, Villa Altagracia

Para nadie es noticia la inoperancia del gobierno entero, de sus ministerios, de todas sus instancias. Me cuentan que en el barrio Los Cachimbos de Villa Altagracia, mujeres y menores viven aterrorizados por la conducta de los hombres. Según me cuentan, muy pocos trabajan, pero independientemente de que generen ingresos o no, éstos nunca llegan a sus hogares. No sólo pretenden, sino que exigen que sean las mujeres quienes cubran todas las necesidades de la familia y que les sirvan a ellos de manera especial. Llegan al final del día para que les laven la ropa y les sirvan cena, mientras ellos se acuestan un rato a “descansar” de no haber hecho nada productivo en el día. Amenazan a las mujeres frente a sus hijos, es más, indisponen a los hijos – aunque no sean de ellos – contra sus madres. Y todo esto con el apoyo de los mayores, los padres y madres de esos hombres. La policía rara vez interviene y, si acaso lo hace, la libertad se consigue a cambio de unos pesitos y u

Jamais vu

Todo el mundo ha experimentado alguna vez la sensación conocida como “déjà vu”. Y somos muchos los que en estos momentos estamos viviendo una experiencia “jamais vu” (nunca vista), al menos en la historia de nuestra política, a nivel de partidos. Es mucho lo que se critica a diario que los del PRM son los mismos del PRD, con las mismas cualidades, particularmente las malas. Es mucho lo que se señala a diario que si Luis sigue con toda esa gente vieja, no llegará a ningún sitio. Sin embargo, algunos estamos viendo algo muy diferente. Toda esa “gente vieja” está fajada trabajando para llevar el partido al poder ¡a cambio de nada! Ni la más mínima imposición, ni aspiraciones personales. Nada. Ahí está, por un lado, doña Ivelisse Prats, fajada entrenando aspirantes a candidaturas municipales y legislativas. Hay que tener mucha fuerza, ánimo y valor para, a estas alturas del campeonato, ponerse a bregar con tanta gente, entre las cuales no deben faltar quienes no están realme

Insaciables

Les cuento que después de una batalla de meses tratando de cobrar una porquería de cheque como pago a una traducción realizada al Ministerio de Administración Pública, hoy me llamaron, que fuera a buscar el cheque. No teniendo a quién mandar, fui personalmente. Bueno, me pasaron una hoja para que pusiera mi nombre y mi número de cédula como constancia de que había recibido el cheque. Mientras cumplía con ese requisito, les advertí que si, como antes, iba a tener que hacer el tour de las agencias del banco para que me lo cambiaran porque le faltaba un rabo a la firma, saldríamos en todos los periódicos. Amablemente, me respondieron que esperaban que no hubiera necesidad. Pero, cuando miro el cheque, el monto era por 16 mil y pico de pesos menos. Cuando pregunto, me responden con naturalidad que “ahora estamos cobrando el ITBIS”. Y ahí mismo les dejé su cheque, diciéndoles ladrones en todos los tonos. Me fui, y me devolví a borrar mi nombre en la hoja de constancia de reci

De candidaturas y otras

Un regidor gana RD$105 mil pesos mensuales, es decir, RD$1,260 mil pesos al año, RD$5,040,000 en un período cuatro años, menos los impuestos. Eso, en el Distrito Nacional, seguramente los regidores mejor pagados del país, por razones discutibles, pero que todo el mundo acepta y dizque entiende. Ahora vamos a lo que no se entiende. Si para participar en la convención o cualquier otro método de selección, hay que pagar una inscripción no reembolsable y que no garantiza la inclusión en la boleta, y no se recomienda hacer ese gasto a quien no disponga de 3 a 5 millones para gastos de campaña, los aspirantes, en verdad, son muy desprendidos. Con los 48 sueldos que recibirían de resultar electos, ni se empatan, mucho menos obtienen siquiera las pírricas ganancias que generan los certificados financieros en la banca.  A nadie se le ocurre invertir 5 millones para recuperarlos, a lo justo, en cuatro años, encima a retazos y, en principio, trabajándolos. Eso es trabajar gratis;