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Mostrando entradas de junio, 2016

Mujeres "solas"

I En la República Dominicana, una mujer sola es aquélla que, aunque viva con todos los padres, hijos, nietos, hermanos, sobrinos, tíos, primos y animales que tenga, no tiene marido, es decir, "un hombre que la represente". En ese tenor, el "delivery" del colmado más cercano a mi casa, entendió que me estaba haciendo la oferta de mi vida al manifestarse, insistentemente, dispuesto a casarse conmigo, alegando que "en una casa hace mucha falta un hombre", que "las mujeres no pueden estar solas". Yo, malagradecida como soy, no solamente decliné el favor del siglo, sino que pedí en el colmado que no mandaran más ese muchacho a mi casa. Como siguieron mandándolo, me cambié de colmado. Ahora compro en uno menos cercano, atendido por mujeres, y hasta me fían el agua y los cigarrillos cuando no tengo dinero, que es a cada rato. También venden helados y biscochos, lo cual es un peligro de los grandes, al menos en mi caso. Los días que hay loto

Desahogos (en vano intento de no explotar)

I Acabo de llegar a casa de Viamar, donde pasé algo más de tres horas ¡para un cambio de aceite y filtro y un cambio de baterías!, algo que en cualquier otro sitio habría durado, a lo sumo, media hora.  Los precios, más del doble que en cualquier otro sitio. Y eso, que el servicio, obligatorio para el cliente, está basado en la garantía del vehículo. Sin ni remotamente consultar, cobran los forros desechables de asiento y volante que usan para proteger a sus empleados de nuestras bacterias. Los clientes, además de pagar a sus precios y a sus horas, también hacemos la mensajería interna. Nos mandan, nada amables, a llevar y traer papeles, a sentarnos en tal sitio, a no molestarlos mientras esperamos todo el tiempo que ellos quieran para pagar todo el dinero que les da la gana de cobrarnos. Cuando creemos que nos vamos y que olvidaremos todo lo desagradable que allí ocurre, falta la despedida: revisan los carros por todas partes para asegurar que no nos llevamos nada. O sea,

Queridas congéneres:

Es más o menos aceptable que las personas jóvenes crean que las personas mayores no tenemos historia, como si nunca hubiéramos sido infantes, adolescentes, adultos jóvenes, ni nada, es decir, como si hubiéramos nacido de la edad que tenemos actualmente. Más pronto de lo que se imaginan, descubrirán que no es así. Aunque nadie aprende en cabeza ajena, es un deber de todo adulto transmitir a las generaciones que lo siguen, no solamente las tradiciones y costumbres, sino la importancia de ciertas actitudes en los diferentes aspectos de la vida, a saber, la vida política, la vida económica, la vida social y sus divisiones, tales como la vida ciudadana de base (el barrio), la vida religiosa, la vida académica y la vida sexual. Y, sobre la vida sexual es que quiero llamarles la atención. Gustar es importante, de hecho, muy importante. Es ahí donde empieza el ejercicio de la sexualidad, la que sea. Ahora, si para gustar, ustedes, principalmente las hembras, pero no pocos varones, ent

Esto no tiene componte

Me gustaría saber si he dado la más mínima señal de andar buscando un macho virtual; si he escrito siquiera una letra o un símbolo que invite a algunos extraños a escribirme, por cierto con muchísimas faltas de ortografía, en un lenguaje que ellos estiman de conquista, pero que no sé qué mujer se dejaría conquistar o se sentiría conquistada con ese nivel de lenguaje y semejante (in)capacidad de provocar una conversación. No. Después de llamarme bella, o tesoro, vienen pregunt as tales como "¿Ya desallunaste?" (sí, así, con dos L). Le respondo que para qué puede servirle esa información y, para mi suerte, se ofende y desaparece. Un supuesto marino americano que, desde un barco en algún mar de la China, me propone que tengamos "algo más que una amistad", claro, luego de contarme una historia triste de marido abandonado con un hijo. Y si me pongo a reproducir la lista, me quedaría sin teclado y hasta sin dedos. Pero la gota que rebosó el vaso fue el que, hace u

Solidarios

La ejerzamos o no, todos sabemos que la solidaridad es la base del progreso. Y el progreso está llamado a ser factor de desarrollo. Si es verdad que somos un país en vías de desarrollo (discúlpenme que lo dude, pero admitan que tengo fundamentos), necesitamos convertir el progreso en eso, en desarrollo, pero primero tenemos que generar el progreso y eso sólo lo conseguiremos haciendo de la solidaridad una religión. Así lo han entendido Elisa, la doctora Sánchez Pujols, y Arnulfo, el doctor Leonardo Ávila. Y, en compañía de un nutrido grupo de familiares y amistades, lanzaron su proyecto "Solidarios". Solidarios se propone educar en derechos sociales y económicos a las comunidades rurales. Es un programa educativo de naturaleza legal, basado en el conocimiento de los derechos humanos, civiles, económicos, sociales, ambientales y culturales, dirigido a personas físicas, jurídicas, comunidades y colectivos a nivel nacional. Como también reza en el sobrio brochur

Hablemos de sexo

Desde el mismísimo primer gobierno morado, tengo la impresión de que, a pesar de la alucinante dimensión en la que ha mejorado la vida de los peledeístas; a pesar de que ahora no hay un solo antojo por raro, escaso, difícil o imposible que parezca que ellos no puedan saciar; bueno, a pesar de los pesares, demasiados de ellos tienen cara de quienes llevan una vida sexual nada gratificante. Comen lo que quieren, cuando quieren. Visten como quieren. Se transportan en lo que quieren. Viven donde quieren. Viajan cuando quieren. Hacen muchísimas cosas simplemente con desearlas. Sin embargo, no han servido de nada sus 16 años en el poder, entrados en 20, para que se les quite esa patética cara de insatisfacción sexual.  Resulta que nosotros, los mal comíos, los desempleados, los asqueroseados del régimen, por el contrario, tenemos en la vida sexual el único gusto que podemos darnos sin cuartos, con hambre; más que mal vestidos, completamente desvestidos, etc. Con el mismo entusia

Los buitres del cementerio

“Mamá, voy a acostarme. ¿Te pongo una musiquita? Oye, si vienen a buscarte, puedes irte con toda confianza. Vas a encontrarte con toda tu gente por allá, y nosotros vamos más tarde. Gracias por la vida.” Una perrita chihuahua, en horas de la madrugada, despierta a Virginia, una mujer de 56 años, y la conduce al cuarto de doña Antonia, su madre, de 89 años, que acaba de fallecer, fuertemente agarrada a los bordes del colchón. Se oye el bolero Rayito de Luna, parte de un mosaico de boleros cantado por Charitín Goico. El teléfono de la casa, fuera de servicio por las lluvias. El celular sin balance. Gracias a una habitual llamada tempranera, se pudo enviar un mensaje a Nazareth, una amiga que esperaba el aviso para presentarse a la casa. De nada valieron las previsiones tomadas para ese acontecimiento inminente. A pesar de tener a mano el formulario del Acta de Defunción, no apareció un médico legista. En todas las fiscalías dijeron lo mismo: todos pertenecían a los cuerpos