Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2017

Pensando en voz alta

Como en todas las ocasiones en que se hace algo de trascendencia, abundan los chismes, los rumores, las intrigas, las difamaciones y demás decires con el propósito de socavar el entusiasmo y el progreso de cualquier cruzada. Viene a mi mente aquella huelga histórica a principios de los 90, en que dos mujeres, Virtudes y Nélsida, paralizaron el país, básicamente por la escasez y consiguiente aumento de los precios del azúcar, la leche, y la gasolina. La maquinaria gubernamental del momento no perdió tiempo en regar que Balaguer les había regalado un apartamento y una yipeta a cada una. A mí misma, me lo dijo alguien que aseguró haber estado presente. Resulta que las conozco a las dos, las conocí después de eso, y no porque me lo dijeran ellas (nunca les toqué el tema), sino que lo vi con mis propios ojos, resulta que ninguna de las dos tenía apartamento del gobierno, ni privado, ni tenía yipeta. Las dos vivían en casas, una en Villa Juana y la otra en Don Bosco. Una andaba

El verdor de Dios

Imagen
Los s iete pecados capitales son:  lujuria,  pereza,  gula,  ira,  envidia,  avaricia y  soberbia. Ninguno de ellos fue inventado ni estrenado por los peledeístas. Sin embargo, en estos 17 años que llevan en el poder, ahora absoluto, les han dado con banda y piquete. De su lujuria, conocemos poco, y aun así sabemos que se les reconoce como debilidad, al punto de que son muchos y suculentos los contratos que han conseguido interesados de diferentes partes del mundo agasajando a nuestros gobernantes con orgías a las que traen exuberantes trabajadoras sexuales de sus países. Hay mucho de aguaje y piratería, pero eso no le resta un ápice al pecado de la lujuria. Siempre quieren, aunque no puedan. En cuanto a la pereza, abundan los ejemplos. Contratos firmados sin leer, leyes aprobadas sin discutir, expedientes archivados sin procesar, informes publicados sin verificar, obras inauguradas sin terminar y entregadas sin equipar, y un largo, larguísimo, y peligroso etcétera. Sobre

Dios es verde

Imagen
No me atrevo a decir que haya sido una revelación, sabiendo que no merezco tal distinción divina, pero mi cabeza ha estado dando vueltas a altas revoluciones, me he despertado varias madrugadas, no exactamente sobresaltada, sino descifrando lo que tampoco me atrevo a pensar que se trate de un mensaje de "allá arriba". Seguramente, como fui educada en la doctrina cristiana, en colegio de monjas, y mis preceptos del bien y el mal, quiera yo o no, en ella están basados, no tuve gran dificultad en concluir que Dios es verde. Si yo fuera fanática religiosa, diría que él mismo me lo dijo. Pero hemos visto que  muchos de sus representantes se han adherido a la causa verde abiertamente y eso no deja de ser una señal clara. Empecemos por lo más fácil de recordar: los mandamientos de la ley de Dios. Dice el primero que amarás a Dios sobre todas las cosas, y de éste no vamos a decir nada, porque se cae de la mata que si eres creyente, amas a Dios sobre todas las cosas, aunq

Wally, el labrador

Mi amiga Martha me enseñó la conveniencia de dar a los animales nombres que indiquen su edad, de manera que cuando ese cachorro llegó a mi casa en un momento en que toda la recalcitrancia dominicana, con el cardenal a la cabeza, estaba alborotada porque el presidente Obama nombró como su representante ante nuestro gobierno a un poderoso activista de la causa LGBT+, apodado Wally, así le puse a aquel entonces perrito, igualito al que sale en el anuncio del papel higiénico, pero que en pocos meses alcanzó un tamaño gigante. Y así me vi con el más joven y el más grande de mis perros, acostumbrado a ser llamado el bebé de la casa y a que yo lo cargue para eso mismo, para decirle que él es mi bebé, lo que basta para que se desgonce con su enorme lengua afuera y me golpee cada vez más fuerte con su cada vez más largo rabo, incontenible de felicidad. No puedo sentarme a su alcance sin que esto ocurra. Wallito, al igual que Rosalía, la pug que lo antecede en edad, es adicto a la comid