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Mostrando entradas de marzo, 2018

Separaciones

Ayer fue día de una separación. Una más en mi vida. Me separé de una perra que llevaba siete años conmigo, es decir, todo los años que ha vivido hasta ahora, y también de una cachorra de nueve meses, de los cuales llevaba seis en mi casa, pero que se hizo sentir, y de qué manera. Más de un/a allegado/a, más de un contacto, ha hecho comentarios que, intencionados o no, sugieren que debo sentirme culpable por haberlas excluido de mi vida. Y tengo a bien informarles que esas dos perras fueron inmensamente felices en mi casa, estuvieron siempre muy bien atendidas, dentro de mis cánones, no de la variedad de cánones ajenos, y sólo yo sé los sacrificios y esfuerzos que hicimos, cuánto prolongamos la permanencia en esta casa, en este entorno desagradable y agresivo, porque no encontrábamos una vivienda adecuada en la que cupiéramos todos y que, por supuesto, pudiéramos pagar. Antes de seguir, quiero que conste que no estoy dando explicaciones a nadie. Más bien, estoy haciendo una cat

Más herederos de esta finca

Ay, ay, ay, éste no es un manicomio cualquiera. Ahora es Alexis Joaquín Castillo quien jura que "el pueblo quiere al hijo de Balaguer", o sea, a él mismo, como presidente para 2020. Si el papel lo aguanta todo, imagínense todo lo que aguanta este espacio virtual, relativamente infinito y a todo color. Esta es la finca con más herederos de la bolita del mundo. Y los partidos y los políticos sin gran moral para combatir esas aspiraciones, porque por ahí andan sus hijos en puest os de dirección, en posiciones privilegiadas en las boletas electorales, y en cargos electivos. Esta grama no hay que podarla, sino arrancarla de cuajo, porque si no sirvieron para nada bueno esos padres y abuelos, sus "herederos" sirven para mucho menos, y esto no requiere análisis cuando vemos que el único valor que ellos mismos se atribuyen es el parentesco con esos políticos del pasado, contando con nuestra comprobada y súper nociva falta de memoria. ¡Qué manera de mandarnos a la

En Villa Francisca

Ayer, tenprano en la mañana, pasé algo más de dos horas sentada en un banco en el Parque Enriquillo. ¡Qué experiencia! Quien no entienda el concepto de desorden organizado, sólo tiene que sentarse a observar lo bien que funciona aquel caos., lo rigurosamente definidos que están esos espacios de nadie, el respeto por los oficios y los milímetros de operación de cada usuario, en fin, que me sentía en medio (y al mismo tiempo fuera) de una película, en una de esas secuencias de  escenas rápidas que sirven para indicar el paso del tiempo.. Es una dinámica muy especial. Cada uno concentrado en lo suyo, aparentando no notar nada ni a nadie en el entorno, pero, en realidad, llevando todos los cartones. Y en medio de aquella masa, el cuerpo extraño era yo. Por ahí circula muchísima gente, imagínense, pero nadie que no sea de por ahí va a sentarse horas muertas en ese parque, al que deberíamos ir con más frecuencia para empaparnos mejor de la realidad real. Aunque nadie me estaba espe

¡Ah, los servidores públicos!

En diciembre pasado, me llamaron de la AFP Reservas a decirme que pasara por allá a llenar unos papeles, que yo disponía de un fondo de pensiones que podría retirar "cuando cumpla 60 años y lleve por lo menos tres meses sin trabajar". Como esas dos fechas pasaron hace rato, me dirigí allá, pero no retiré los fondos porque noté que, a pesar de los años en cuyos meses me hicieron los descuentos correspondientes, sólo aparecían siete depósitos en mi cuenta. La joven que me atendió me indicó que debía hacer un peregrinaje por la Cancillería, la Tesorería y la DIDA para recabar los documentos que avalaban esos descuentos, cosa que no tenía por qué tocarme a mí, sino a ellos que estaban en falta, pero empecé el tour. Ese primer viaje a la Cancillería fue traumático, de todos modos volví y se resolvió esa parte, la constancia de que trabajé en el servicio exterior de tal a tal fecha, lo que sumaba tal número de meses. El segundo paso era la Tesorería Nacional. Ahí, tardé m