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Mostrando entradas de mayo, 2011

Complicidad morada

Todos los peledeístas, dirigentes, militantes, legisladores, síndicos, regidores, precandidatos activos y arrepentidos, todos, son cómplices de los desmanes del gobierno, incluyendo de la permeabilidad de nuestro sistema financiero en relación al tráfico de drogas y lo que eso ha significado para nuestra economía y para nuestra reputación. Sacando la comida aparte al medio desaparecido y a riesgo de desaparecer senador de Peravia, no se ha sabido de una sola denuncia, de un solo enfrentamiento al gobierno de parte de un peledeísta de cualquier nivel. Los precandidatos han supeditado sus aspiraciones a la voluntad del “destino” y no han dicho nada que pudiera lucir como una crítica real a Leonel y su equipo. Eso quiere decir que, si Leonel se disfrazó de un Aníbal que sólo existe en su mente cuando vio que los números no le daban, los números tampoco darán a quien sea el candidato morado. Por lo tanto, cuando se habla de que las elecciones serán cerradas, significa que la lucha será ent

De la dictadura a la esclavitud

No bien terminamos de procesar la mentira de los Reyes Magos cuando nos dicen, de golpe, que ese hombre sólo comparable a Dios, era un perverso, un malvado, un tirano, y que la ausencia de muchos de nuestros vecinos se debía a que estaban presos y los estaban torturando por ser parientes cercanos de quienes lo habían ajusticiado. En ese momentum de nuestras vidas empezamos a preguntarnos qué era verdad y qué no lo era. Algunos, todavía no lo sabemos. Lo que parece bastante claro es que nos liberaron de una dictadura y lo único que está a la vista es que no sabemos, que no queremos ser libres. O sea, que tampoco es verdad que “si fuere mil veces esclava, otras tantas ser libre sabrá”. ¿Qué hemos hecho para adelantar? ¿En qué consiste nuestra noción de progreso? ¿Dónde está nuestro desarrollo? Cincuenta años de liberación de un yugo y nosotros buscando incesantemente otros yugos que nos esclavicen, que nos pisoteen. No se puede negar que somos un fenómeno. Procuramos desenfrenadamente qu

De neutral, nada, monada

Una cosa es el plan personal de Leonel y otra cosa es el plan de su partido. Cualquiera pensaría que con la mayoría en el congreso, la vida política del presidente se facilitaría. No es así. Para Leonel es relativamente cómodo tomarse unas vacaciones de cuatro años, y más ahora que tiene ahorros, y regresar nueva vez como el redentor de la república, porque con el desastre que heredará el próximo presidente, si no es un mago, se las verá negras para estabilizar la economía. Sin embargo, para su partido, ese cálculo no cuadra. En el PLD, sólo Leonel es Leonel; el resto tiene otros nombres y para ellos eso de cuatro años fuera del poder ejecutivo no sirve. Por lo tanto, no están ni remotamente dispuestos a pagar el costo político que implicaría cumplir con los compromisos que Leonel ha hecho con nuestro dinero, que bien podría incluir una respuesta social violenta. Como han desviado todos los fondos nuestros y prestados, no hay con qué honrar las deudas externas ni locales, a menos que s

El hombre y su madre

Uno de los mayores misterios de la vida es la diferencia abismal en el trato que los hombres dan a dos mujeres, cuando una es su propia madre y la otra es la madre de sus hijos. Son demasiados los hombres que veneran a sus madres y tratan mal a las madres de sus hijos. Y también a sus hijos e hijas. Entonces, la veneración a la madre, lejos de ser un concepto, bien podría ser una patología. Si veneraran a sus madres porque les dieron la vida, con igual o mayor razón deberían venerar a las que dieron vida a sus hijos e hijas. Pero no. Es como si la veneración a la madre fuera un pacto que, por demás, excluye al resto de las mujeres por quienes sienten de todo, menos amor y respeto. ¡Ay de la mujer cuya suegra no la quiere! ¡Ay de la que se enamora de un hombre que vive con su madre! Es tan enfermiza esa relación hombre-madre, que en ella no cabe nadie más, ni siquiera una hija, porque en el caso de que esa madre también tenga alguna hija, todo el amor, la tolerancia, la alegría y demás

Dominique, nique, nique

En un país como el nuestro, llama la atención el carácter de escándalo en primera plana que la prensa ha dado a la agresión sexual del presidente del FMI a una mucama de hotel. Ese tipo de conducta es mucho más que cotidiana en este microcosmos. Y no pasa nada. Los poderes del Estado, incluyendo la iglesia y la prensa, están llenas de agresores sexuales. Las calles están llenas de agresores sexuales. Las escuelas están llenas de agresores sexuales. Los hospitales están llenos de agresores sexuales. Los hogares están llenos de agresores sexuales. Aquí se puede decir, con propiedad, que la agresión sexual es costumbre y, como la costumbre hace ley, el derecho penal es blando a la hora de aplicarse al derecho consuetudinario. Dominique, no conforme con haber ascendido social y económicamente, llegando a presidente de esa “institución de caridad”, tiene aspiraciones políticas. Diferente a cualquier dominicano, sabía que podía perderlo todo con ese impulso tan impropio y quiso ponerse fuera

Inauguración

Llama la atención el afán del gobierno por las ceremonias de inauguración. Es decir, su afán no es construir las obras, ni terminarlas. Tampoco interesa para qué sirven exactamente, si algún día llegan a servir, y le importa un rábano podrido cómo afectan la vida de quienes llegamos primero al lugar y su entorno. Sólo importa inaugurarlas. Es un delirio tan grande que, para no carecer de inauguraciones, se han dedicado a inaugurar las obras por tramos (“por partes”, como Jack el Destripador). Por si les faltara algo, la prensa les hace el juego. Parece que ni’an así se conforman. Ya era demasiado ridícula la pompa para apenas inaugurar el tramo de giro a la izquierda de la Ortega y Gasset con 27 de febrero, de manera que no hay palabra para calificar el hecho de que, de ese tramo, sólo inauguraron ¡un carril! ¿Es locos que están? Sólo quienes vivimos en el área sabemos lo que eso ha costado en molestias, cómo ha empeorado la ya precaria calidad de nuestras vidas, puesto que asfaltaron

Mirada homosexual

¿Puede alguien explicarme qué es una mirada homosexual, en qué se diferencia de una mirada heterosexual o de cualquier otra y qué particularidad tiene para llevar a un cura párroco a un ejercicio extremo de poder, por demás homofóbico, que sólo ha servido para destruir una obra de arte que no le pertenece y terminar siendo objeto de comentarios que no lo favorecen en nada? Admito que está un poco larga la pregunta, y la respuesta seguramente será larguísima. También estoy segura de que el cura de Jarabacoa no carece de un grupo de beatos y beatas que lo apoyan con el mismo frenesí, el mismo paroxismo que lo llevó a cometer lo que bien puede considerarse como un acto de locura, no hablemos de su más absoluta ignorancia, no solamente sobre el arte, sino sobre el patrimonio de la iglesia a la que pertenece. Es evidente que el sacerdote no ha visitado, por ejemplo, el Vaticano, repleto de valiosísimas obras de arte de un erotismo, mayormente homosexual, altamente explícito, y no por las mi