Recordando a don Radhamés
Con este soneto de Abelardo Vicioso, que le encantaba. Soneto 3 Tú eras toda la fiesta. Eras la brisa que se llevaba la melancolía lejos del alma. Eras la alegría la flauta, el vino, el pan y la sonrisa. * La noche alzaba su burlona risa cerca del mar donde naufraga el día, pero en su corazón amanecía bajo la tierna luz de tu sonrisa. * Lago donde la vida con sus ríos se vierte entera, el mundo estaba en ti mostrando sus más bellos señoríos. * Tú eras la fuerza que jamás sentí, el sostén de mis dulces desvaríos. Tú eras toda la fiesta para mí.