La que nos espera
A los peledeístas siempre les ha gustado mucho la llamada “inteligencia”, que no es otra cosa más que el espionaje. En todas sus gestiones, en todas las oficinas hay personal solamente para eso, para que cuente al director o ministro lo que dicen o dejan de decir los empleados. Si bien todos los gobiernos se sirven de esos sicópatas grabadores de conversaciones, el PLD ha violado el derecho a la privacidad de los ciudadanos y ciudadanas de una manera nunca antes vista. Realmente es una enfermedad. Lo que viene ahora es mucho más grave. Ahora se sabrá quiénes tienen precio y quiénes no lo tienen, y los indicadores serán, en primera instancia, nombramientos y cancelaciones: nombramientos para los que tienen precio y cancelaciones para quienes no lo tienen. Eso, para los empleados y empleadas, que para los contratistas y suplidores las cosas no serán distintas: cero uso de sus servicios y falta de pago a quienes no se pongan precio, y contratos y pedidos – aunque tampoco les paguen – ...