Una vez más, el vil método morado
No podemos ser tan ingenuos. No hay nada qué celebrar. Quien crea que la destitución de Diandino es consecuencia del escándalo, se equivoca largo a largo. Danilo es el presidente de la república. Podía haberlo cancelado sin dar explicaciones. Pero antes muerto que perder la ocasión de tumbarle una ficha más a Leonel, eso, sin descartar la posibilidad de que Diandino, no necesariamente por serio, se haya negado a cualquier meneo que le hayan propuesto o solicitado con los chelitos del subterráneo, que también es una obra con la impronta de Odebrecht. Sí. Diandino tiene razón en dos puntos: uno, cuando el PLD llegó al poder, ya las torres Diandy iban por la número 23, de manera que no llegó en chancletas; de hecho, cuentan los cercanos que Diandino financió buena parte del lujoso ajuar del joven y pobre presidente electo, bueno, y le dio a vivir uno de sus apartamentos; dos, sin regatear razones ni derechos, esa entrevista no fue un estricto ejercicio de periodismo. Un gobie...