La esperanza muerta
Mi vaso verde Altagracia Saviñón Mi vaso glauco, pálido y amado, donde guardo mis flores predilectas, tiene el color de las marinas algas, tiene el color de la esperanza muerta... Las flores tristes, las dolientes flores en el agua del vaso se refrescan, y bañan sus corolas pensativas en una blanca idealidad de perlas. Y luego se van lejos... se marchitan abandonadas, pálidas, enfermas, muy lejos del cariño de ese vaso que es del color de la esperanza muerta. Y cuando sola, pensativa, herida por la eterna nostalgia, siento un perfume triste, moribundo, que llega hasta mi alma... pienso en mis pobres flores, las marchitas, las enfermas, dolientes y olvidadas, que antes de marchitarse se despiden tristísimas y trágicas de ese vaso de pálidos reflejos que es del color de las marinas algas... Ya ven: Altagracia Saviñón terminó sus días en un manicomio, y García Lorca asesinado por el franquismo. Ni ella ni él imaginaron jamás que así estaría el mundo de hoy. ¡Qué duro es...