Carta a Deligne
Santo Domingo, D.N.
14 de marzo de 2025
Apreciado Deligne:
Aunque ocurrió el 5 de diciembre de 2024, apenas ayer tuve ante mis ojos la publicación en El Nacional de una conferencia tuya donde decías que “Luis rescató el país de la dictadura”.
Deligne Ascención: Abinader rescató el país de una dictadura
“Ese fue el país que rescató Luis, a punto de caer en una dictadura como la de Maduro en Venezuela, la de Daniel Ortega en Nicaragua o como la crisis social de Ecuador y Perú”, expuso Ascención en su conferencia «El país que construye Luis», dictada esta el Centro de Convenciones de UTESA para la dirigencia, legisladores y autoridades municipales del PRM en las 14 provincias del Cibao.
Como desconozco tu edad, no sé si viviste siquiera los últimos años de la dictadura de Trujillo, mucho menos los hechos que siguieron a su caída. Yo sí.
Sin embargo, para que tengas que leer menos, voy a saltar todos esos años de nuestra historia y me referiré directamente a esas palabras tuyas, aclarándote que solo te estoy dedicando mi tiempo y mi energía porque, en lo poco que te traté, me caíste bien y no eres malcriado ni insolente, como tantos otros.
Digamos que me luciste sano de intenciones, en los tiempos en que coincidimos formando y organizando el PRM, en cuyo padrón todavía me encuentro, aunque abandoné todos los organismos a los que pertenecí.
Sin dar más vueltas, lo que quiero señalarte es que Luis, el PRM y sus aliados ganaron las elecciones de 2020 sin la menor dificultad porque:
1. La Marcha Verde (cientos de miles de dominicanos, por no decir millones), nos pasamos el período anterior en las calles, a agua, sol y sereno y, sobre todo, a mano pelá, con lo que logramos debilitar el PLD, por lo tanto, detener lo que estaba a punto de convertirse completamente en una dictadura (ya era una dictadura de impunidad, o sea, actuaba como si fuera obligatorio tolerar su corrupción).
2. El PLD, no conforme con estar debilitado, se dividió.
3. El PRD hacía rato que era un muerto político.
4. Y, por supuesto, porque los dominicanos no quisimos dejar nada al azar y, en medio de la pandemia, nos arriesgamos y salimos a votar masivamente.
Y aquí, antes de seguir, debo señalar que Luis y el PRM han resultado más agradecidos con Leonel - por esa división, supongo - que con Marcha Verde y los cientos de movimientos cívicos y partidos minoritarios que la organizaron (sin cuyos votos, por cierto, tampoco se habría dado la reelección).
También debo recordar que “agradecidos” significa devolver los favores electorales (al partido y sus candidatos) con espacio privilegiado en las instituciones del gobierno, lo cual, aunque sea una costumbre que raya en tradición, no deja de ser aberrante.
Independientemente del asco que siempre me ha generado, conozco bien la práctica de la lisonja para obtener o mantener posiciones en los gobiernos. Los gobernantes se acomodan fácil y rápidamente a ella: sutil y no tan sutilmente, hasta la exigen (para que sepas que entiendo la intrepidez de esa declaración tuya, aunque no por eso deja de sacudirme.)
Podría llenar muchas páginas con una lista – que de todos modos quedaría incompleta – no solamente de promesas y compromisos incumplidos, sino de grandes sorpresas rayanas en duros golpes (nada personal, que conste) – pero no voy a abusar de tu tiempo y, francamente, tampoco del mío.
No me corresponde insinuarte que abandones la lamentable práctica de atribuir virtudes y hechos imaginarios, evidentemente muy bienvenidos por su/s beneficiario/s. Solo intento recordarte que ese rescate no lo hizo Luis. Y no es correcto echar por tierra el esfuerzo titánico, prolongado, arriesgado, valiente, de tantos dominicanos.
Gracias por tu atención. Un abrazo.
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