Don Radhamés y don Cuchito
No los conocía de nada. Y ahora, a mis 74 años y ellos dos fallecidos, hago pública mi gratitud: fueron las dos únicas personas, de las tantísimas que he conocido en mi vida, que me valoraron. Desinteresadamente. Más de una vez los dejé, y ellos siempre lograron que volviera. Sin embargo, cuando ellos dejaron de dirigir esos medios, no tuve que molestarme en dejarlos. La administración no tuvo que cancelarme, porque nunca me pagaron. Bueno, una vez exigí pago, me lo dieron y, aparte de que pagaban (poco) el día 45 de cada mes, la administración empezó a ponerme condiciones sobre el contenido de mis escritos, así que, posición anterior: preferí que no volvieran a pagarme. Soy del diminuto grupo cuyas plumas no tienen precio. Pero dejemos eso. Lo que quiero recordar es la parte agradable. A principios de los 90, envié una carta a El Nacional, alarmada por la aparición de un personaje detestable por televisión. El director, don Radhamés, me llamó para indicarme que debía hac...