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Mostrando entradas de abril, 2012

Observaciones

Tampoco pensaba verlo, pero también lo vi, para establecer comparaciones. Y si algo me quedó de mis casi dos horas dedicadas a la comparecencia de Danilo en Teleantillas, fue la seguridad de que, para Danilo, corregir lo que está mal y continuar lo que está bien es exactamente lo mismo. No hay ni siquiera un hilito imperceptible que separe el bien del mal. Sus respuestas a las dos preguntas fueron idénticas, casi palabra por palabra. Por eso, no quiero ni pensar qué será lo que nunca se ha hecho. Tuvieron que hacerle tres veces por lo menos dos preguntas que, a pesar de todo lo que dijo las dos veces anteriores durante los respectivos tres minutos, no respondió claramente. Y la tercera vez, tampoco. Su celebrada respuesta de que mantendría el Despacho de la Primera Dama tal cual porque si no, “¿qué voy a hacer con Candy?”, me pareció de un mal gusto espantoso, como el de tantos hombres que, para hacer y deshacer, entienden que sus mujeres deben estar bien embulladas, sólo que e

Desalmado y desarmado

Hace unos años, en medio de una confusión que terminó en la ruptura de una vieja y valiosa amistad, quise analizar los hechos con un amigo siquiatra quien, entre otras consideraciones, encontró que el amigo perdido era un desalmado, es decir, una persona sin alma, de mal fondo. Sin embargo, a otro amigo, sicólogo, le pareció que el tipo más bien estaba desarmado, que no disponía de las herramientas para lidiar con la situación que desencadenó en la pérdida irreversible de la amistad. Así, una simple letra puede cambiar nuestra percepción. Sí, porque si nos convencemos de que alguien es desalmado, nos basamos en la indignación y demás sensaciones que nos llevan a defendernos a la hora de manejar un proceso de separación, incluso a sentir alivio de habernos librado de alguien o algo nocivo, de un cierto peligro; pero si creemos que la persona en cuestión está desarmada, con naturalidad tendemos a ejercer flexibilidad y tolerancia, en nuestra contra, agravado por una inclinación rayana

Los demás poderes

Cuando Hipólito Mejía gane las elecciones dentro de unos días, tendrá el control del Poder Ejecutivo. Los demás poderes del Estado, es decir, el poder legislativo, el poder judicial, el poder municipal, la iglesia y la prensa, están debidamente amarrados por el PLD. Podría parecer que esta situación real significa un serio obstáculo para el buen desempeño del gobierno. Sin embargo, no será así. Sólo hay que ver los movimientos, las movidas de muchos legisladores, jueces, síndicos, curas y periodistas, porque saben que, de entrada, no conseguirán nada de lo que ahora consiguen del Poder Ejecutivo para sus jugadas políticas, sociales y económicas. Y digo de entrada, porque ya hemos visto suficientes películas como para saber que más adelante “se dan cuenta” de que algunos ministros, directores y el presidente mismo son buena gente. Entonces, empiezan a comprenderlos y les aprueban leyes, apoyan sus medidas, enaltecen sus figuras, oran por ellos, lo que sea, a cambio de empleos para sus

Arrimados

Así llamamos en buena parte del mundo a las personas que viven en casa de otros por situaciones, en principio momentáneas, que impiden seguir manteniendo la vida independiente. Los arrimados o recogidos disponen, mientras dure la buena voluntad de quien los acoge, de prerrogativas que de todos modos son pocas y, sobre todo, de absolutamente ningún derecho. Toma un tiempito descubrir qué molesta y qué no a quienes viven en la casa, pero al final, el resultado es el mismo: les molesta todo, les molesta la simple existencia del recogido. Se sienten abusados y perciben su gesto inicialmente solidario como un error garrafal. Desde que el arrimado empieza a notar que las pequeñas contribuciones que pueda hacer en tiempo, esfuerzo o dinero ya no son bienvenidas, se siente expulsado del hogar que lo acogió y debe poner la proa hacia otro lugar. Mientras lo encuentra, lo más prudente es pasar el mayor tiempo posible fuera de la casa. En el caso de quienes están pasando por una situación de

Cuidemos nuestros votos

Quienes nos sentimos comprometidos con la candidatura de Hipólito Mejía hemos estado participando en las más diversas actividades para manifestarle apoyo y también acercándonos a nuestros conocidos y relacionados para asegurar sus votos a favor de nuestro candidato. No sé ustedes, pero yo me siento muy satisfecha de los resultados en mi entorno, amigos y amigas cuyos votos jamás pensé lograr, es más, muchos que ni se me ocurrió abordar y ellos mismos se han dirigido a mí para expresar que la intención de sus votos ya se convirtió en decisión tomada. Ahora, nuestro sentido de compromiso nos inviste de otra responsabilidad más importante: proteger y eventualmente defender esos votos que hemos conseguido y los que consiguieron nuestros muchos compañeros de causa, todos movidos por el convencimiento de que el triunfo de Hipólito es una necesidad nacional. Por eso, invito formalmente a quienes me leen y a sus allegados a que se ofrezcan de voluntarios para representar ante los colegios e

El peligro de olvidar

A pesar de mi intención de no verlo, lo vi. Editado en Madrid, documentado por varios libros, por todos los periódicos de circulación nacional, y muchas fílmicas de noticiarios, y pasado más de una vez por cuanto canal de televisión les vendió espacios, no hay dudas de que fue un trabajo arduo y de que costó, está costando y costará muchísimo dinero, del nuestro, del que nos arrebatan y del que toman prestado para que nosotros lo paguemos. Felicitamos a los agraciados. Sin defender, desmentir, explicar, justificar ni dorar de ninguna forma la píldora presentada en el documental, sigo pensando, con más fe ahora, que a los peledeístas, sus aliados y asesores no les cruza por la cabeza hasta dónde se están clavando el cuchillo. El documental no contiene un solo dato que no se supiera, ni un solo hecho ocurrido en privado o en secreto. En contra de su intención, deja patente que el gobierno del PRD, el cacareado gobierno anterior, el gobierno de Hipólito, con todos sus yerros, ha venid

17 de abril de 2012

El día no podía parecer más prometedor. Tempranito en la mañana, a la hora natural del desayuno, Cecilia García hace pública su adhesión a la candidatura de Hipólito Mejía, por demás con gran estilo, motivada por la traición a don Juan de parte de sus discípulos y advirtiendo que sería la primera en denunciar cualquier viso de mal comportamiento durante el próximo gobierno del PRD. Los comentarios y mensajes que circularon por las redes mostraban la bienvenida este apoyo, si bien no faltaron un par de irreverencias de parte de los interactivos morados. Saber, de parte del coordinador regional, que los numeritos en el sur profundo han mejorado sustancialmente, le alegra la vida a cualquiera en un momento como el que vivimos. Que nuestro embajador en Haití se desvinculara del asqueroso montaje de autoridades dominicanas y haitianas, no deja de ser una sensación de que no todos están podridos. Pero fue bastante desagradable ver que, cual príncipe heredero, al hijo de Leonel lo vitore

Rehenes

Los peledeístas no tienen límite. Un buen número de las figuras públicas que han aparecido “juramentándose con Danilo”, lo han hecho en categoría de rehenes. Son personas que han logrado hacerse de un nombre, ganarse el respeto de la comunidad, a base del ejercicio independiente de sus profesiones, artes, servicios, o pequeñas y medianas empresas a quienes soltaron los voraces perros del fisco, y “determinaron” que deben los millones de Rockefeller a Impuestos Internos. Hay que ver la petulancia, la irreverencia de esos/as inspectores/as de la DGII, por lo general, jóvenes en carros caros y con cámaras de última generación, retratando hasta la basura del baño. (Los de Aduanas son peores.) A quienes no pueden atribuirles deudas, les ponen impedimentos por investigación. Por ejemplo, si se han mudado, dan por hecho que la dirección anterior era falsa. En lo que se averigua el caso, nadie puede emitir un cheque de pago por los servicios de este/a profesional o artista o empresario/a de

Exportando ridiculez

El comportamiento de los dirigentes y funcionarios morados los ha puesto en ridículo más allá de nuestras costas y fronteras. Esa carta de desagravio enviada por el Senado de la República al presidente de los Estados Unidos se pasó de innecesaria. Violó los tratados que rigen las relaciones internacionales. Mostró al mundo qué clase de hombres y mujeres aprueban nuestras leyes, su nulo sentido de la solemnidad, su desconocimiento total del protocolo. Pasaron por encima al jefe de la política internacional y al representante del gobierno dominicano ante el gobierno americano. El peligroso espectáculo al que se prestó el canciller, precisamente el canciller que más años ha pasado en el puesto - que además de estos ocho, también lo fue en tiempos de Balaguer – ha disipado cualquier resquicio de duda sobre la personalidad de este hombre. Se hace difícil asimilar que no haya aprendido nada. Entonces, no queda más que pensar que se trata de maldad pura y simple. ¡Quién lo habría dicho!

Dos conocidos de siempre

Aunque nunca nos hemos cruzado ni media palabra, Pepe Goico y yo nos criamos en el mismo barrio, en la zona universitaria, a una cuadra de distancia. Mi mamá se trataba con su mamá, al igual que mis tías que entonces vivían al doblar de mi casa, en la acera del frente de Lolón Guerrero, por cierto en una casa en la que mucho después, según vi en televisión, vivió Félix Bautista en calidad de bordante. Pepe nunca ha sido simpático ni suele meterse con nadie. Su único interés a la vista es que a Hipólito no le fallen ciertos detalles que le son de importancia, esas cosas que deben estar a punto para una persona de responsabilidades mayores. No se le percibe capacidad real de participar en una trama, más allá de alejar a como dé lugar a quien sea que le parezca inoportunamente cerca del próximo presidente. Pepe Goico no nació ni se crió en la pobreza, no luce millonario y, eso sí, es un hombre de toda confianza de Hipólito Mejía. Quienes apoyamos a Hipólito, vivimos en la tranquilidad d

Complejos

“Por dondequiera que paso, me miran. A cualquier parte que llego, me conocen. Y si me río, murmuran. Y si lloro, peor. A cualquier parte que miro, veo el dedo acusador. Mi delito fue quererles, darles todo el corazón. Es complejo lo que tienen porque, quizás, pobrecitos, son huérfanos de amor.” ¿Recuerdan esa canción? Muchos de los hombres que están haciendo campaña con sus respectivos candidatos, no se cansan de fantasear con la repartidera de puestos y de asquerosear a las mujeres, en primerísimo lugar, prometiéndoles empleítos de quinta, preferiblemente de imaginarias subalternas de sus más imaginarios subalternos, es decir, destinándonos, desde ya, a dar brillo a sus soñadas gestiones o, por el contrario, a responsabilizarnos de la más probable opacidad de las mismas. En estos días, uno de ésos, jurando que estaba haciéndome una distinción con el noble fin de colocarme donde el capitán me viera, me contó que recomendó al coordinador de una actividad que me diera responsabilidad

¡Qué fastidio!

Nunca he visto al ministro de salud pública. Recuerdo, cuando conocí a sus padres en su casa de familia, que en Salcedo se hablaba del tal Bauta como el mejor síndico que habían tenido en toda sus historia. Ya para entonces era senador. A pesar de esos dos puestos de tan bien ganado descrédito, se hablaba bien de él. Claro, era peledeísta, pero todavía el PLD no había sido gobierno. Ahora, como ministro de salud pública, su gestión es sencillamente lamentable. En honor a la solidaridad de su hermano cuando éramos compañeros de causa y al recuerdo de aquella señora tan acogedora y afable con la que pasé horas conversando en la galería de su casa sin adivinar que moriría poco después, hará 16 ó 17 años, obviaré el tema del seguro de salud de su hermana. Pero, ¿cómo fue que no tuvo autoridad para detener ese caldo de cultivo que instaló el síndico de la capital en el malecón, rodeado de fotos suyas por todas partes, de todos los tamaños y a todo color, como para que a nadie se le olvi

Arrepiéntete, Danilo

En términos generales, los evangélicos me caen bien, básicamente porque son auténticos. Es decir, no se consideran parte de la iglesia por tradición familiar, ni porque los bautizaron inconsultamente en su infancia, sino porque creen y viven de acuerdo a los evangelios. El candidato morado es evangélico. Sin embargo, no cuenta con el apoyo de las iglesias cristianas no católicas, ni tampoco de la católica, que además de su disgusto con el gobierno, sabe que perdería una cuota importante de su poder con un presidente “contrario”. Creo que la falta de apoyo a Danilo de las iglesias evangélicas se debe a que, ni a simple vista ni hurgando, le ven ese apego a la palabra de Dios, ni ese estilo característico de vida en la fe. Saben que su silencio ante los escándalos de quienes sustentan su candidatura no es para echar el pleito desde adentro y convertirlos a todos al Evangelio para salvar sus almas, sino que es por complicidad, utilizándolos para hacer realidad su obsesión de llegar a

Tema de reflexión

Todos los supermercados me irritan por igual. En todos me siento igualmente timada. Hace un par de días, hice una compra con el propósito de no tener que salir más durante el asueto de Semana Santa. En mi casa vivimos dos personas, que además hemos tenido que abandonar muchos hábitos alimenticios y dejar de darnos pequeños gustos. En esta ocasión, la cajera me saludó con simpatía, me preguntó amablemente si me iría de la ciudad y le respondí que no, que ésa era mi última salida planeada para la semana, que me encerraría a comer y si me animaba, organizaría un poco mi librero y mi cocina. Todavía no salgo del espanto que me produjo el comentario del empacador: “¡pero eso no le va a alcanzar!”. No sé si su impresión surge de la magnitud de las compras de los demás clientes, del monto que gasté comparado con otros, si es que en su casa son más y lo que compré, en su casa no daría ni para empezar, o que sencillamente el muchacho es un fresco. Sin embargo, no pude evitar un insistente

Vamos a lo que interesa

La contienda electoral es, básicamente, entre Hipólito y Danilo. He dicho y escrito hasta la saciedad que Hipólito no es un santo milagroso, sino que, en la coyuntura actual, es la necesidad nacional. Aceptó volver al ruedo político, y estamos apoyándolo masivamente. Tanto Hipólito como su compañero de boleta, Luis Abinader, han respondido a todas y cada una de las inquietudes de los diferentes sectores de la vida nacional. Sólo queda un ciudadano negado a enterarse del origen de las fortunas de los candidatos del PRD, como tampoco entiende su propio nivel de descrédito. Sin embargo, la población sigue esperando que Danilo nos explique de qué ha vivido y mantenido a su familia desde el año 2000, ya que no se le conoce ejercicio privado, ni empresa, ni empleo. Seguimos esperando, no el sometimiento a Marcos Martínez, sino la aclaración cabal de las cuentas de banco de su compañera de boleta. Sería muy prudente que Danilo despejara la incógnita sobre su eventual vínculo de sangre c