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Mostrando entradas de junio, 2013

Bienvenido al paraíso, señor embajador

No me malinterprete, excelencia. De ninguna manera me refiero a ese paraíso sexual cuya promoción atrae a tantos depravados aunque constituya un verdadero infierno para las mercancías. Tampoco me refiero a ese paraíso fiscal para tantos delincuentes que constituye un verdadero infierno para quienes no comemos si no trabajamos y pagamos más impuestos de los que deberíamos. Ni siquiera me refiero al verdadero paraíso de nuestras riquezas turísticas, mineras y demás, tan codiciadas por extranjeros como inaccesibles para nosotros, los dueños. Me refiero, señor embajador, a todo lo que aprenderá de la doble moral de los dominicanos, y lo dejo así, en masculino, por ser correcto, tanto desde el punto de vista del lenguaje como, ya lo constatará, por la incontable cantidad de hombres que aparentan una preferencia sexual pero, de preferir, realmente prefieren otra. Aunque eso lo encontrará en cualquier parte del mundo, lo de nuestro país, más que antológico, es ontológico. No se trata sol

A un año, sí

Precisamente en la fecha de aniversario de la muerte de un ingeniero a quien el primer gobierno de Leonel Fernández quebró por completo y, desesperado, se quitó la vida, aparece una invitación a una charla de un dirigente y, por supuesto, funcionario peledeísta, para exaltar el primer año de lo que considera el triunfo electoral de Danilo Medina. Borges decía que hay derrotas mucho más dignas que las victorias. Si yo fuera peledeísta, no habría salido jamás de mi casa después del resultado validado, oficializado y reconocido de las elecciones de 2012. Claro, para eso hay que tener algo que los peledeístas no han tenido nunca: escrúpulos. En el mismo patio de mi casa, me he enterado de una parte de los métodos empleados para la “victoria” electoral del PLD. Vinieron a contarme cómo nos sacaron la lengua, cómo nos utilizaron, a algunos a cambio de sus respectivos precios y a otros, a los que no ofrecieron nada porque no estamos a su alcance, a cambio de muchas malas artes. Entre lo