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Mostrando entradas de agosto, 2015

Ante el Parlacén

Hace unos días, el Parlamento Centroamericano, como es su costumbre, sesionó en uno de los países miembros, esta vez, otra vez, en la República Dominicana. En una de sus actividades, el tema era el género. El PRM fue invitado, en su Frente Femenino, pero no tuvo un turno para exponer, lo cual, además de extraño, es lamentable, ya que la ocasión era propicia para dar a conocer a ese foro internacional y a la prensa asistente las verdaderas condiciones de vida de las mujeres dominicanas, que no tienen nada que ver con lo expuesto por la vice-presidenta de la república. Se imponía pedir un turno, exigirlo, ya que, según me cuentan, Margarita llegó al extremo de decir públicamente que las mujeres dominicanas ya no tienen anemia, un mal endémico en el país, que lo tienen hasta las que comen adecuadamente, “cuantimá” las que comen mal o prácticamente no comen. Y no apareció quien la rebatiera, quien le “pelara el plátano” ante la misma audiencia que ella se dio el lujo de soltar u

La vía pública

Pocos aspectos de nuestra vida nacional han causado más desgracias que el uso del suelo, las áreas verdes, los espacios comunes y las vías públicas. Detalles tan simples como el irrespeto a los estacionamientos asignados han causado muertes violentas, muchas veces de parte del infractor al infringido. La cantidad de iglesias construidas en las áreas verdes de los residenciales es alarmante. La cantidad de “anexos” construidos en los espacios comunes de los edificios de apartamentos es alucinante. En los residenciales de casas, no hay manera de cuantificar las construcciones usando las paredes de los linderos, incluyendo ventanas que dan a los patios vecinos. Llama la atención de manera especial que en demasiadas ocasiones se trata de ciudadanos que han pasado su vida en el extranjero, en la civilización, donde se supone que aprenden a respetar las leyes y aparentemente las respetaron, pero allá. Tan pronto regresan al país y se hacen de una propiedad, se sienten tan pode

Carta pública al ministro de administración pública

Santo Domingo, D. N. 12 de agosto de 2015 Señor Ministro de Administración Pública Señor Ministro: Por el tiempo transcurrido y por la absoluta falta de señales, debo inferir que su ministerio decidió no pagarme la factura de RD$68,424.86 que me debe por concepto de la orden de trabajo 85/15. Por cierto, cuando recibí la mencionada orden de trabajo, ya había entregado el primero de los dos documentos, al punto de que se me solicitó que le cambiara la fecha al documento para que no se percibiera que fue traducido en una fecha anterior a la orden de trabajo. Imagino que debe haber ahora un tranque, debido a que la factura especial gubernamental, que llené siguiendo instrucciones del departamento de compras y contrataciones, tiene fecha anterior a la orden de trabajo. Después de haber llenado todos los requisitos, y ya entregado el segundo documento así como la factura por la traducción de los dos documentos, se me pidió una certificación de la DGII que, s

Un domingo productivo

Ayer domingo fue un buen día, cosa que no puedo decir de muuuuuchos días anteriores. En la mañana, la firma del pacto de alianza electoral del partido Dominicanos por el Cambio con el PRM. El ingeniero Eduardo Estrella, persona de indiscutible buen nombre en la vida política dominicana, pospuso sus aspiraciones presidenciales para endosar la cantidad y la calidad de sus votos cautivos a Luis Abinader, nuestro candidato. ¡Bienvenido! Luego, una breve pero muy productiva reunión con dos mujeres que no se conocían entre ellas, pero que tienen el objetivo común de trabajar sin tregua para que nuestro proyecto presidencial llegue a su destino con una propuesta de género contundente, convincente, creíble, potable. Y para concluir la jornada, el éxito de público y de crítica de la protesta contra la impunidad en el parque Independencia. Allí les vi las caras por primera vez a muchos de los amigos y las amigas que nos pasamos la vida comunicados por aquí. Otros, conocidos de toda la vida, reen

Seres inferiores

Ante la muerte de Lucy, una perra sharpei atigrada que se presentó moribunda a la puerta de   mi casa y logramos prolongarle la vida – y hacerla feliz - por cuatro años, me he puesto a pensar en ese concepto que nos han inoculado de que los animales son seres inferiores. He tenido y tengo tantos animales, es tanto y tanto lo que puedo contar de todos y cada uno de ellos que, cuando pienso en los valores que muestran sin que nadie se los inculque, me convenzo más de que de ninguna manera pueden ser inferiores. Pocos humanos son tan fieles, tan nobles, tan agradecidos, tan honestos, tan sinceros, tan naturales, tan espontáneos, como los animales. Eso sí, al igual o más que nuestros hijos, nos dejan al descubierto en cuanto a la educación y el trato que les damos. Yo puedo decir a boca llena que mis animales han sido y son felices. Quizás los de ahora no sean tan educados como los de antes, porque ya estoy en edad de ser abuela, no madre, entonces me he puesto demasiado permi