Aguaje y piratería

Partiendo de que “éste es un pueblo muy bruto”, “el pueblo no sabe lo que le conviene” y “el mal comío no piensa”, y disponiendo de un carácter, un entrenamiento, un dominio de eso que Cuchi llama “la dialéctica insular”, que su antecesor evidentemente no tuvo, Danilo Medina intercala viajes, ora a países de la región y de otras regiones, ora a pueblos y campos del país, dejando una estela que en primera instancia parece causar una buena impresión hasta en quienes deberían ser sus opositores, pero que no pasa de un humito frío de ésos que usan algunos artistas como efecto especial en sus presentaciones. Ya quisiéramos todos los que trabajamos para comer de lo que aparezca, pagado a precio de ambrosía, disponer de ánimo y recursos para salir cada domingo a un rincón diferente del país, intercambiar con la gente, con los grupos, las organizaciones. Sin embargo, aunque pudiéramos – que no podemos – no nos atreveríamos a burlarnos de esos numerosos votantes. En los diarios vemos titulares a nivel de “Un presidente que escucha” pero, que se haya sabido, a ninguna parte ha llegado el primer peso de los millones ofrecidos. El presi-tour no ha pasado de aguaje y piratería. Simples y puros golpes de efecto. Quizás ése es el verdadero significado de hacer lo que nunca se había hecho: ir a sacarle la lengua a la gente en su patio, no desde lejanas declaraciones de prensa, para que la gente se derrita creyendo que él no les tiene asco, cuando en realidad lo que les está diciendo es que no les tiene miedo, que sabe que no pican ni muerden, como las cucarachas, y tan necesarios como ellas para el equilibrio ecológico. Apenas los están embullando porque, aunque sean tan vulnerables como las cucarachas, votan o, mejor, venden baratísimo su derecho a votar, que para eso nunca ha faltado dinero. Mientras Leonel ha alardeado de una grandeza que no tiene, Danilo quiere hacer la diferencia alardeando de una sencillez que tampoco tiene. Y los dos han encontrado quienes les crean porque si en algo nunca han perdido el tiempo, es en sus denodados esfuerzos para que los demás, incluyendo los de su mismo lado, luzcan poco o nada confiables. No, no podemos distraernos con los problemas del PRD ni de otros partidos. Que lo resuelvan ellos, que ya hicimos mucho más de lo que podíamos para apoyarlos y no pensaron en nosotros. Tenemos que concentrar nuestra atención en el ¿nuevo? gobierno del PLD, mantenernos bien alertas porque lo peor no necesariamente está a la vista, y no olvidar ni ser indiferentes al hecho real de que este país es nuestro, aunque seamos brutos, no sepamos lo que nos conviene o, a fuerza de comer tan mal, no pensemos correctamente. Eso no les da derecho a apropiarse de nuestro patrimonio ni a tratarnos como un estorbo. Los millones que Danilo promete y no llegan también son nuestros. No se dejen retratar con él si no llega con los fondos.

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