Jugando con Ignorancia y Pobreza
Ignorancia y Pobreza son las más íntimas amigas del sistema. Su más sólido sostén. Y, como lo que va viene, el sistema corresponde a esa amistad procurando que Ignorancia y Pobreza no carezcan de nada, que se mantengan fuertes, robustas, que crezcan.
Cualquier intención de reducirlas
y, eventualmente eliminarlas, se considera un atentado. Por eso, en esa
dirección, siempre se ha dado un pasito para “alante” y tres pasitos para
atrás.
Son muchos los ejemplos con los
que se puede documentar esa estrechísima amistad, esa interdependencia
patológica. Como estamos en tiempo de elecciones, vamos a ilustrar tan aberrante
relación con ciertas situaciones de las que todos hemos sido cómplices, así sea
por omisión.
Para las elecciones de 2020, la
señora que venía a mi casa a realizar labores domésticas se desapareció, sin
explicaciones. Luego me enteré de que el PLD le estaba pagando RD$500 por cada
mujer de su barrio que ella montara en una guagua y las llevara a las
actividades de Gonzalo. También le daba otros RD$500 para cada una de esas
mujeres, de los cuales ella solo les daba RD$300. Por supuesto, la guagua,
chofer y combustible incluidos, no le costaba nada.
Les recuerdo que esto es solo un
ejemplo para ilustrar. Ni el PLD ni Gonzalo fueron los creadores ni tienen la
exclusividad de esta práctica, aunque la ejercieron como nadie lo había hecho
ni lo hará.
La cantaleteada – y real –
abstención electoral también tiene su base en la amistad de Ignorancia y
Pobreza con el sistema: la compra de cédulas consiste en pagar una suma al
votante por el embargo de su cédula durante el día de las elecciones para
asegurar un voto menos al contrario del partido que realiza la compra.
Ayer mismo pregunté a la (otra)
señora que viene a limpiar mi casa si pensaba votar y por qué candidato, y me
dijo que no sabía, que solo saldría a votar si le pagaban y votaría por el que
le pagara. Me dijo que en las elecciones de 2020 se comprometió a llevar un
número de votantes, lo llevó, y que no le dieron nada. La cubearon.
Por más que le expliqué que eso
era corrupción, que votar era un ejercicio de deber y de derecho a la vez, y
demás desperdicio de saliva, no entendió, no aceptó.
Por las tantas iniciativas de
nuestros gobiernos de instalar instituciones dominicanas en el exterior más
allá de las embajadas y los consulados, no todos, pero demasiados emigrantes dominicanos
esperan solución gubernamental a problemas reales que tienen en esos países, preferiblemente
“ayuda$”.
Aquí y allá, más que aceptar,
exigen las migajas a cambio de su complicidad. Sí, lejos de ser apoyo, de un
lado es tirar migajas y del otro es complicidad.
Es un trabajo político muy bien
hecho, que no deja nada al azar, basado en los indiscutibles logros de las
iglesias. “Yo consigo el poder, te mantengo
ignorante y pobre. No te dejo morir. (No lo sabes, pero no soy nada sin ti,
así, como vives.) De vez en cuando, te boroneo. Y tú de vez en cuando, humildemente,
te arrodillas ante mí y me dispensas loas. Pero nunca olvides que somos
corruptos los dos.”
Ay, sí. Ignorancia y Pobreza,
además, son baratas. Y, total, ese dinerito no duele.
Entonces, si nos interesa de
verdad desbaratar esa amistad de Ignorancia y Pobreza con el sistema, hay que
eliminar a una de las partes para que la otra se transforme. Por eso, tenemos
que meternos en la cabeza que, para que todo cambie, todos debemos cambiar. Es
un proceso. Ya es tiempo de iniciarlo.
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