Ciencia y humanismo

Todavía algunos permanecemos asombrados de la generosidad presidencial para con el Hospital Metropolitano de Santiago al comprometerse a aportar veinticinco millones de dólares, no de los que quizás heredó de su papá, sino de los nuestros, sobre todo si pensamos en lo que representaría una suma así de dinero distribuida en los tantos hospitales que se están cayendo a pedazos.

Siendo el lema del “jom”, como le llaman en cibaeñinglis, “ciencia y humanismo”, se podría pensar que este proyecto privadísimo del conocido “grupo de Santiago” viene a resolver el problema de salud de esa metrópolis, tal como su nombre lo indica, si bien hay elementos que sugieren un propósito más bien internacional: en su concepción participaron médicos que viven o vivían fuera, le hicieron un hotel de diseño parecido a distancia prudente, más un aeropuerto en la misma zona.

El caso es que el gobierno morado no ha limitado su contribución a la causa del HOMS a esos veinticinco millones de dólares. Para que no carezcan de nada, resulta que los seguros estatales de salud han dejado de pagar todos los servicios privados de toda la región del Cibao, excepto al Hospital Metropolitano de Santiago.

Esto quiere decir que si usted es afiliado a uno de esos seguros y se enferma en Gaspar Hernández, tiene que cruzar la cordillera y llegar hasta Santiago para recibir atención médica. Podríamos decir que el humanismo de esa ciencia consiste en fomentar el turismo interno, sólo que no lo cubre.

Entonces, con lo que le cuesta el viaje a Santiago, sea en gasolina o en pasaje, más el transporte urbano cuando llegue, si llega vivo, se paga usted hasta el médico chino, si quisiera. Si lo piensa mejor, hasta se retira del seguro estatal al que esté afiliado y ahorra ese dinero, para disponer de algún menudo cuando se le presente una urgencia, y no tenga que ir a Santiago, obligado/a por una mafia, y específicamente al HOMS, que tampoco a otra en la misma ciudad.

No quieran saber los subterfugios que usan para devolver las facturas de los servicios prestados, con el único y verdadero fin de retrasar los pagos o no pagar a las clínicas, médicos y farmacias cibaeños. Pero lo del HOMS, lo pagan religiosamente (sin alusiones a la peculiar religiosidad de Agripino) ¡y mucho más caro que los demás servicios privados del Cibao!

La verdad es que este gobierno es incalificable. Cuando salgan del poder, si nos queda un hálito de vida, nos sentiremos mucho más aliviados que cuando mataron a Trujillo, que es mucho decir.

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