A un año, sí

Precisamente en la fecha de aniversario de la muerte de un ingeniero a quien el primer gobierno de Leonel Fernández quebró por completo y, desesperado, se quitó la vida, aparece una invitación a una charla de un dirigente y, por supuesto, funcionario peledeísta, para exaltar el primer año de lo que considera el triunfo electoral de Danilo Medina. Borges decía que hay derrotas mucho más dignas que las victorias. Si yo fuera peledeísta, no habría salido jamás de mi casa después del resultado validado, oficializado y reconocido de las elecciones de 2012. Claro, para eso hay que tener algo que los peledeístas no han tenido nunca: escrúpulos. En el mismo patio de mi casa, me he enterado de una parte de los métodos empleados para la “victoria” electoral del PLD. Vinieron a contarme cómo nos sacaron la lengua, cómo nos utilizaron, a algunos a cambio de sus respectivos precios y a otros, a los que no ofrecieron nada porque no estamos a su alcance, a cambio de muchas malas artes. Entre lo que no capté debido al confuso estilo de la narración y los que eran de fácil sospecha, como la evidente infiltración y el trabajo sucísimo, eso sí, muy bien pagado, me limitaré a contarles los que parecen de esas películas americanas que cuestan millones de dólares, y que sólo sirven para enfermar su propia sociedad y las ajenas. Dizque, a tiro de dos días para las elecciones, cuando Leonel vio que era de verdad que Hipólito no iba a negociar con él, entre otras, la impunidad de su lista de cómplices, mandó a desenterrar cualquier cantidad de sacos llenos de dinero, nuestro, que guardaba bajo tierra cual botijas y ahí mismo empezó la repartidera, inicialmente comprando votos y más adelante comprando actas firmadas y selladas por los delegados, pero vacías, sin datos. Mientras el PRD instaló carpas frente a los colegios electorales con el fin de orientar a los votantes, que les fueron desmanteladas por estar prohibidas, el PLD alquiló viviendas en los entornos de dichos colegios, donde realizó las operaciones de compra-venta. El plan inicial era forzar la segunda vuelta, pero les fue tan bien en la adquisición de actas que con poco esfuerzo se adjudicaron la delantera y, en consecuencia, el poder. Por supuesto, la JCE jugó un papel estelar, según mi fuente, con toda certeza muy bien informada. (Bien pudo ser parte integral de todas estas asquerosidades que llevaron a tan indigna victoria. Que conste que lo advertí, que insistí hasta el cansancio en que no perdieran de vista a ciertas persona, que no les dieran acceso a determinadas áreas.) Ahora entiendo por qué algunos relacionados que no cesaban de gritar miserias, de un tiempo a esta parte lucen tan tranquilos – por cierto, con Danilo - y no pierden ocasión de defenderlo. ¿Les digo algo? Por mucho dinero que les hayan dado, ¡qué baratos son! Mejor dicho, no valen nada. De todas maneras, gracias por la lección. Ha sido muy dura, pero algunos la aprendimos.

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