Carta a Luis Tomás Oviedo



Luis Tomás querido:

Muchos podrán tomar tu retirada de esa esclavizante red social que se llama Facebook como acto de soberbia, un gesto más de la consabida intolerancia que han exhibido los peledeístas desde que, por obra y gracia de Joaquín Balaguer, alcanzaron el poder soñado, y eso, que el sueño les quedó corto, cortísimo. No les alcanzó la imaginación para prever lo que significaría el poder en sus manos, en sus vidas.

Conozco varias excepciones a la regla del comportamiento morado desde entonces. Sé que queda un par de peledeístas como tú, romántico de la política, comprensivo de ciertas conductas y, aunque negado a ver evidencias, llenos de amor, flexibilidad y tolerancia para los indiscutiblemente bellacos de su partido, estén o no en puestos de poder.

No estoy negando ni ocultando los “desasurdos” de los demás partidos, mientras tuvieron el poder y aun fuera del poder, de todos modos parte integral de este sistema tan desagradable que nos rige. Lo que quiero decir es que los peledeístas son peores, mucho peores, que todos los demás juntos. Y que estamos todos muy rabiosos con ellos debido a que fueron los únicos que se nos vendieron como decentes, al extremo de que quienes nunca fueron o ya no éramos peledeístas cuando ganaron por primera vez nos alegramos de que ellos tuvieran, y nosotros también, la oportunidad de vivir un gobierno por el librito. Mira por dónde va el librito. Nos engañaron, Luis Tomás. No conformes, no han dejado de sacarnos la lengua ni un segundo.

Repito, tu comida se saca aparte. Aun habiendo tenido más de un puesto en los gobiernos morados, doy fe (y tengo fe pública) de tu integridad, de tu vocación de servicio y de todas las virtudes que de verdad te adornan.

Pero tienes que entender la rabia, la indignación que sentimos por todo lo que viene de ese flanco y el dolor que nos causa a todos que una persona como tú no solo siga de ese lado, sino que los defienda. Olvidan que no atacas a los contrarios con brutalidad ni crudeza.

Yo, sabiendo que no eres como ellos, te he enviado mis posiciones más duras en privado para no entrar en conflicto público contigo, a veces te he hecho sugerencias al respecto y, aunque no nos hayamos puesto de acuerdo, nos hemos entendido y respetado. Pero mucha gente, incluyendo amigos y amigas que nos quieren de verdad, no puede privarse de externar sus reacciones en determinados momentos, sobre todo cuando sueltas esos “tumba notas” en medio de euforias colectivas, esas masturbaciones mentales que nos llevan a creer que apareció un paladín justiciero y que se acerca un momento histórico, glorioso, a pesar de que la experiencia nos ha demostrado que no pasa nada, ni por error.

Si no quieres volver a Facebook, no vuelvas. Total, eso es un quita-oficio de los grandes. Pero no tomes como personal nada de lo que te hayan puesto tus amigos. Creo que todos valoran que seas un peledeísta con el que se puede discutir. El pique es con el PLD como corporación. En ese sentido, tenemos derecho a decir todo cuanto se nos ocurra. El que paga es el que manda. Nos cuestan tan, pero tan caro, que estamos endeudados por cuatro o cinco generaciones que ni han nacido.

No, Luis Tomás, el PLD no tiene perdón. Lo mucho o poco que hayan hecho, ellos mismos, sin que nadie les haya preguntado, han cacareado que ha sido para su gloria. Han convertido en país en su mina de oro privada. Son, sencillamente, indefendibles.

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