Carta a Clarisa:

Mi querida y muy, muy respetada Clarisa:

No puedo describirte lo que se siente, al cabo de tantos años, encontrar una ex alumna de colegio privilegiado, en el que también estudié, con el nivel de conciencia ciudadana y el arrojo que tienes. No es exactamente orgullo, porque no puse nada ahí. Repito, no puedo describirlo.

Estoy de acuerdo contigo en tu planteamiento del juego de dominó como método de lucha. A mí también me resultó contraproducente. Y del elenco del concierto de pasado mañana, no hay un solo artista que me haga salir de mi casa a coger esa pela. Quizás lo haría por Roldán, pero ahora somos vecions, así que no tengo que dar ni un solo paso para verlo. O por El Torito, si fuera un baile y me jura que no cantará bachatas.

Sin embargo, yo no siento esa rabia contra la Marcha Verde. Por el contrario, cada día me siento más parte del movimiento, más apegada a él, más convencida de que es la única vía para llegar al fin de la corrupción y la impunidad que nos asfixia.

Marcha Verde nos sacó a todos de nuestras casas a manifestar públicamente, en las calles de casi todo el país, de hecho, en todas las regiones, nuestro repudio a la corrupción impune. Nos sacudió. Nos unió en el espíritu de la protesta.

No podemos, ni debemos separarnos, alejarnos, retirarnos, por no estar de acuerdo con algunas actividades. Primero, porque dimos la cara, todas nuestras caras, en las marchas, nos identifican con ellas. Segundo, porque del mismo modo que el dominó no es un método de lucha, la imagen de división tampoco lo es, agravado porque la gente se desencanta, pierde la fe, la esperanza y el ánimo.

Ese campamento, con todo y el nunca bien ponderado juego de dominó, ha sido un elemento de presión para los poderes del Estado, iglesia y prensa incluidas. Y es oportuno recordar la cantidad de actividades que se han realizado allí, todas de un gran aprendizaje para los participantes.

No te imaginas lo que ha costado mantenerlo, no solamente en términos materiales, que ha sido mucho, sino en esfuerzos y sacrificios. Tengo entendido que será levantado inmediatamente termine el concierto, para dedicarnos a organizar la marcha de un millón de voluntades por el fin de la corrupción. Pero llenó su cometido, repito, como factor de presión a todos aquellos que nos roban, nos endeudan, nos intimidan y nos sacan la lengua.

No, ningún movimiento puede mantenerse acogiendo todas las ideas y propuestas que llegan, algunas con clara intención de imponerse y no pocas pretendiendo desbaratar la organización. Atacar con rabia cualquier grupo al que hayamos pertenecido o hayamos apoyado es lo que más se parece a acabar con la reputación de quien haya sido pareja nuestra durante un tiempo. Las personas, los grupos, las instituciones deben sobrevivir sin nosotros, aunque ejerzamos nuestro derecho inalienable de no continuar con/en ellos/as.

Y no es verdad que Marcha Verde está barajando para que todo siga como está, como comentó alguien en tu muro y no pude responderle por lo mismo que te estoy escribiendo por aquí: no volví a encontrar tu publicación.

En fin, tienes que creerme que no debo "cuartos ni favores" a la marcha ni a ninguno de sus integrantes. Ni es verdad que vivo de la marcha , como se atrevió a decir uno de los energúmenos de Somos Pueblo, no porque me las dé de seria, sino porque no hay forma de hacerlo. Pero me golpea fuerte toda esa rabia contra ella, en vez de estarle agradecidos/as y maravillados/as de que haya llegado al día de hoy con tantos logros a pesar de los innegables errores. y los embates que surgen, no pocos desde sus mismas entrañas.

Marcha Verde debe ser cuidada y defendida como un hueso santo. si queremos salir de esta plaga. Bueno, y eso era lo que quería decirte, con afecto y en son de paz.

Gracias por ser y estar, Clarisa.