Entonces, era cierto

Todavía esta tarde, me llené la boca diciendo que ese pacto electoral entre el PRM y LFP era mentira, que era parte de una campaña sucia para desanimar los votantes, para restar simpatías al PRM. Y hace un momento, me encuentro con esto:


Al ver que, en lugar del nombre de un amigo del PRM, ya candidato a senador en su provincia, respaldado por el resultado de las primarias, aparecía el nombre de uno "de Leonel", lo llamo, indignada, a darle mi respaldo.

¡Oh, sorpresa! Mi amigo, lejos de estar molesto, me cuenta con naturalidad que Leonel y su seguidor le pidieron la candidatura,y que Luis le pidió que cogiera una candidatura a diputado, que cuando él ganara y firmara los decretos, le dejarían la curul a no sé quién y él sería nombrado, si no ministro, director general dentro del área de ese ministerio, relacionado con su profesión.

Le dije que, siendo así las cosas, yo no votaría por el PRM, mucho menos después de estos años en las calles de todo el país, a agua, sol y sereno, en pie de lucha contra la corrupción impune, para terminar aliada con el corruptísimo que blindó la justicia.

El hombre no me dio una pela porque era por teléfono. Que votara por quien me diera la gana, hasta por Ramfis, si yo quería, que con mi voto y sin mi voto iban a ganar, que Luis era el que iba a firmar los decretos y que, cuando él fuera ministro o director, siempre habría un lugar para mi hija y para mí, que iba a ayudarnos, a pesar de que parecía que lo que yo quería era que siguiéramos abajo. Y que Luis garantizaba justicia independiente.

Después que me rellenó como una longaniza, me cerró el teléfono. Y yo por poco vomito. 


Debo tener la presión por las nubes. No es que estuviera esperando un milagro de las elecciones. Pero de ahí a escuchar ¡de un amigo! una posición tan burda, tan alejada de cualquier cosa fuera de obtener un puesto para "ayudar" a sus relacionados, acabando yo de decirle que hay precios que no se pagan, bueno, no estaba preparada para eso.

Me siento traicionada, ha sido demasiado brutal recibir esa descarga de la más absoluta falta de principios, que de ideales no hablemos, de alguien con quien he mantenido una amistad de más de 40 años, un profesional con especialidades en varios países civilizados y que, por cierto, así como Leonel ha sido presidente tres veces, él ha sido senador tres veces también.

Si el PRM ganaba sin mi voto, con toda seguridad ganaba sin el de Leonel. Y con más seguridad todavía, mi voto no les costaría nada, pero el de Leonel es muy, muy caro y no solo en términos económicos, sociales y políticos, sino morales.

Como si no bastara esa desagradable experiencia, me han dejado de una pieza las respuestas de compañeros y compañeras de luchas, especialmente de la más reciente y trascendental de todas las luchas de nuestra historia, la Marcha Verde, que acogen con beneplácito esa puñalada trapera, esa alianza maldita.

Estoy devastada. Discúlpenme el desahogo, pero estoy que muerdo. Saben tanto, que saben a mierda. Buenas noches.  

¡Ah! Ni un solo perremeísta recuerda que otro pacto similar que hizo Leonel hace 24 años, le costó a Peña, no solamente el triunfo electoral, sino su salud y su vida. El entonces jefe de campaña de Peña, Carlos Dore, el mismo 17 de agosto de ese año se enganchó con Leonel hasta el día de hoy. En fin...





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