¡Que crezca!

A la interrogante que aparece en la columna “De buena tinta” del pasado jueves 17 en Diario Libre: “¿Y si Margarita crece?”, sólo se responde de una manera: “¡que crezca!” El simple hecho de hacer esa pregunta indica una clara percepción de que no ha sumado nada a la de por sí opaca candidatura que acompaña.

Si medimos a Margarita con Abinader, más rápido que inmediatamente nos damos cuenta de que no hay punto de comparación. Si Hipólito es mejor que Danilo, Luis Abinader es muchísimo mejor que Margarita, en todos los sentidos, y muy en particular desde el ángulo de los intereses a los que responden, el de los motivos que los llevan a ser compañeros de boleta de sus respectivos candidatos presidenciales.

Luis Abinader no está impulsado por asuntos conyugales, su matrimonio no depende de esa candidatura, mucho menos la libertad ni el libertinaje de ninguno de sus relacionados. Tampoco está esperando un golpe de suerte para pasar a mejor vida. Ha tenido una sólida vida económica, política y social, muy bien encaminada desde que nació. Exhibe una educación doméstica y el estilo de vida de las personas de bien.

Su elegancia y su don de gentes son absolutamente naturales, nada artefacto, que si complacen a Margarita y ponen las fotos de los candidatos vicepresidenciales en la boleta electoral, pierde de calle, porque Abinader es muy buenmozo, atractivo, y la expresión de su rostro irradia la sencillez de un niño y la sanidad de sus intenciones, lo que proyecta la imagen firme de un hombre confiable, respetable y digno.

Si a ver vamos, es mucho más padre de la educación que el gran padre de la educación de Margarita, y si no me creen, pregunten a los miles de adultos de escasos recursos que han obtenido un grado universitario en la O&M. Además, es parte integral del empresariado y de la importante industria de la hospitalidad.

Sacrificar a Luis Abinader para eventualmente dar paso a una mujer creyendo que con eso se va a contrarrestar el supuesto crecimiento de Margarita sería dejarse manipular o, dicho en otro lenguaje, coger cuerda para que el de la moción se salga con la suya.

Margarita no es competencia para Luis. Lo que Luis sumó a la candidatura de Hipólito se vio el día mismo en que firmaron el pacto y se ve en todas y cada una de las actividades de campaña. Margarita puede crecer todo lo que quiera y no le llegará a los talones a Abinader. Al pobre Danilo, le sumará el entusiasmo enfermizo de Félix Bautista, más el peligroso efecto del malsano ego de Leonel.

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