(Very bad) “influencer” ¿buscando “likes”?

No nos dan tregua. En una semana, tres madres disponen de las vidas de sus hijas de forma espeluznante. Dos de las tres niñas, fallecidas. La tercera, grave.

Sin que hayamos digerido esos tres casos, sale una mujer, cual heroína, diciendo que tiene intimidad con su hijo.

Entre el día de sus declaraciones sobre su vida sexual incestuosa y el día en que soltó que no era cierto, que ella es “influencer” y que andaba buscando “likes”, no fueron pocos los que se dedicaron a averiguar si el incesto era delito, aunque se tratara de un hijo mayor de edad y, en principio, “en su sano juicio”.

En cuanto al “sano juicio” del hijo de esta “influencer”, se trata de un ¿cantante? de música urbana que ya se ha visto envuelto en varios casos judiciales, uno de ellos, precisamente, por golpear a su mamá. En otra ocasión, fue por supuesta implicación con una menor, y una vez por falsificar los documentos de una expareja.

A todos los que, escandalizados, me tocaron el tema, les dije que las iglesias lo consideran pecado y, como delito, era social y moral, pero no legal. Efectivamente, el incesto no es punible legalmente en nuestro país.

De hecho, no se puede decir que sea una relación normal en la República Dominicana, pero abunda, principalmente entre padre e hija, aunque una que otra vez se ha sabido de incestos homosexuales. No recuerdo haberme enterado de ningún incesto lésbico, pero tampoco se puede descartar. Sin embargo, nuestras leyes solamente contemplan castigo para el abuso y solo se considera como tal cuando el hijo o la hija es menor de edad.

Lo cierto es que la descomposición social tocó fondo. El amor “natural” de los padres a sus hijos hace rato que adquirió categoría de mito en nuestro país.

¿Recuerdan en caso de la austríaca que pasó años encerrada en un sótano, muchas veces amarrada, frecuentemente torturada, que parió como siete hijos producto de las violaciones de su padre? Esas historias horrendas que nos llegaban por las noticias internacionales, impacto aparte, eran muy lejanas, parecían novelas de terror escritas por extranjeros en otros idiomas.

Hasta hace poco, en nuestra porción de isla solo se conocían la paternidad y la maternidad irresponsables, agravadas por el incalificable desamparo estatal. No es que la violencia y el abuso no existieran, incluyendo actividades sexuales aberrantes y forzosas. Es que lo que estamos viendo en estos días es alucinante.

Nadie puede dar lo que no tiene. Por lo visto, las carencias de nosotros, los dominicanos, son abrumadoras, peligrosísimas. ¿Cómo progresa un país así?

Desde que nací estoy oyendo que la familia es el núcleo de la sociedad. Miren la sociedad. En los últimos años, el vacío existencial se debía a la feroz competencia por celulares, yipetas, apartamentos en torres, hijos en colegios muy lejanos al lugar de la vivienda, y demás boato para llenar los ojos en su indiferente e indolente entorno y, por supuesto, viviendo endeudados y con niveles inmanejables de stress.

Por supuesto, todo el mundo depresivo, ansioso, hipertenso, diabético, mal alimentado, etc. Ahora hay que agregar el fanatismo religioso y las más variadas afecciones de salud mental, incluyendo los elevados números de niños autistas, los tantos adultos jóvenes con los “alambritos quemados” por el uso de sustancias, otros idiotizados por la medicación, y un largo etcétera.

¿Por dónde vamos a entrarle a todo esto? Así no se puede vivir. ¡Hay que resolverlo ya, o perderemos lo que queda del país!




Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Claro que recuerdo el.horror de esa pobre mujer de Austria, l a semana tuvo una.manera de comenzar muy mala, esperemos.la.próxima pueda.mejorar. Ay las madres! Excelente artículo.

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