Una pizca de cordura

Nunca fui lo que se dice amiga muy cercana de Hamlet. Sin embargo, fue mucho lo que coincidimos en la vida y siempre nos tratamos con gran cordialidad y simpatía, incluso cuando tratábamos temas en los que, ni en sueños, nos podríamos de acuerdo.

No tengo que decirles lo mal que pienso de Danilo, ni de Juancito Sport, ¿verdad?

Ahora, pongámonos cuerdos por un instante en la vida. El delincuentazo de Juancito era un alcalde. A pesar de las escandalosas y escabrosas circunstancias de su muerte, le tocaba el duelo, cuando menos municipal. Los motivos por los que lo honraron con duelo nacional son otros, propios del sistema podrido que nos rige, las formas de amortizar deudas de gratitud y complicidad, etc.

Y por ese mismo sistema, reconocer heroísmo a quien vino en una invasión con el propósito de derrocar un gobierno constitucional, aunque debería llevar comillas, pero resultado, amañado o no, de unas elecciones, sería validar este tipo de acción, incluso estimularla.

Claro que el PLD merece ser derrocado y mucho más. Pero nadie amarra soga para su garganta, menos quien está empleándose a fondo para perpetuarse en el poder.

¿Exigieron decreto? Les dieron decreto. De ahí a sustentar ese duelo nacional en una sublevación, el trecho es largo. De todos modos, ante un sector de la población Danilo creció con el decreto: él y Hamlet habían roto su amistad hace muchos años. Ahora quedó como un hombre noble, condescendiente, por encima de esas cosas. Lo capitalizó.

Sin la menor intención de dar la razón a Ladino, sólo pretendo que dejemos de lado la rabia porque, hasta donde conocí a Hamlet, él mismo lo habría cogido con suavena, se habría untado su mantequilla temprano para que le resbalara. Es más, creo que no le habría agradado ser distinguido por esa gente que él tanto conoció y trató. Sabía muy bien quiénes y cómo son.

Por mí, y hasta me atrevería a decir que por Hamlet, que se meta su decreto por salva sea la parte, que ni le suma ni le resta nada al beneficiario, y que cada cual guarde su luto y sus recuerdos a su manera.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Memorias de Gestión Consular

Prestigio prestado

Cuando baila un buen merengue