No más indignación

Jamás pensé que las inolvidables sacadas de lengua que Rafaelito Alburquerque se permitió dar a la población durante su vice-reinado pudieran ser superadas, que nadie superaría el tratamiento de tarados que el inefable ex vice presidente se dio el lujo de dispensarnos.

Pero me equivoqué. No tomé en cuenta el hecho demostrado de que los peledeístas se superan en todo lo que perjudica, indigna e irrita a quienes los mantenemos.

Me ha dejado seca que un muchacho a quien vi nacer y crecer, familiar de trasmano (sobrino de primos míos), nieto de una mujer adorable, hijo de gente de bien, respetados en su pueblo, haya salido con una burla de todo el tamaño diciendo, con su cara muy dura, que los empresarios, los empresarios dominicanos además, pagaban los doce millones de pesos diarios al asesor brasileño para que mantuviera una publicidad engañosa e hiciera el trabajo sucio de las aspiraciones reeleccionistas de Danilo.

Ya me había molestado mucho que Roberto (Rodríguez Marchena), a quien conocí y traté en una etapa mucho más sana (incluso lozana) de su vida, se destapara diciendo que éste, precisamente éste, ha sido el gobierno más serio y transparente de nuestra historia, teniendo la condescendencia de sacar un platito aparte a don Juan y su breve paso por el poder.

Tampoco se me pasará el dolor causado por el ministro, un joven bien criado, de lo que puedo dar fe hasta con mi sangre porque es hijo de una de mis amigas más queridas y cercanas, de toda la vida, una mujer recta y brillante, ofreciendo reelección por reelección en el Congreso, más unos dineros, nuestros por supuesto, para financiar ese trueque maldito.

Reynaldo, un tipo que lloró a lágrima viva en la Junta del DN porque le faltaron 20 votos para obtener una regiduría, sensibilizó a un par de operarios de los que cuentan y recuentan votos y le dieron los 20 votos, y unos días más tarde se topó con uno de ellos en un centro comercial y lo dejó abanicando, volteó la cara sin devolverle el saludo.

Roberto, un tipo que es síndico porque los únicos requisitos son tener una cierta edad, vivir en la demarcación y saber leer y escribir, cosa que no se comprueba mediante examen, sino que se da por hecho.

Y así sucesivamente, que nos conocemos todos.

Amarante Baret, no. Ya en el primer gobierno del PLD, tan pronto fue nombrado director de Bienes Nacionales se pronunció ante sus subdirectores: "No sé ustedes, pero yo vine a resolver. No tengo casa, no tengo dinero, no tengo nada..."  Fue la musa inspiradora de mi muy celebrado artículo "Machepismo histórico", publicado en El Nacional, porque esas palabras pronunció cuando los subdirectores no reaccionaron a su gusto ante el plan de "resolver": "ah, pero lo de ustedes es un machepismo histórico".

No podemos ignorar ni olvidar esos detalles, esos momentos, ni los demás, porque no podemos ni queremos ni debemos permitirnos cuatro años más, que quién sabe en cuántos se podrían convertir, de tanta ignominia, de tanta vergüenza, de tanto atropello. 

No a la reelección. No a la reelección por reelección. No van a seguir mandándonos a la mierda sistemáticamente, al tiempo de mantenernos en arresto domiciliario, conculcarnos cada vez más derechos, comprometernos cada vez con más obligaciones, llevarnos a pensar que asuntos vitales, como la alimentación, son privilegios disfrutables a la medida de la sumisión (muy diferente a la lealtad).

Sepan quienes los apoyan que están cometiendo un crimen de lesa patria. Están condenando a muerte a toda la nación, que incluye a no pocos de sus allegados. No se puede ser tan barato en la vida, al extremo de perjudicar de tan mala manera al pueblo entero a cambio de la seguridad de su bienestar personal.

Los católicos, con la misma fe que van a misa, se arrodillan y comulgan, no siempre bien confesados, acojan el mandato de su santa madre iglesia: ejerzan el voto de castigo.

Los puristas, guarden el purismo para un momento más oportuno. Dispersar el voto es favorecer la reelección. Bueno, a menos que quieran que la insaciable plaga morada "vaya por más" durante los próximos cuatro años, sabiendo que irá por más esclavitud, más yugo morado, más sistema feudal para todos nosotros, ustedes incluidos, en aras de su angurria, de su perpetuidad.

Lo que ha hecho, lo que está haciendo y lo que pretende seguir haciendo es imperdonable. No creo que a nadie le quede el menor resquicio de duda de que Danilo es infinitamente peor que Leonel, que no es un santo. Tan así, que no eructó para destruirlo y está destruyendo el partido que lo llevó al poder, ya convertido en partido grande por Leonel. ¿Qué no se atreve a hacer con nosotros?

No, así no se puede seguir viviendo. No lo merecemos. No vamos a permitirlo.

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