Otra percepción

Esta es diferente a la que atribuyen a la población el ministro de interior y el jefe de la policía. Las encuestas, la agobiante publicidad y demasiados medios y personas en ejercicio de la comunicación y la opinión, brujos incluidos, vienen descartando sistemáticamente la probabilidad de que Danilo pierda las elecciones. Sin embargo, el contacto con la gente indica otra cosa.

Yo no estaba en el país durante la campaña reeleccionista de Hipólito, pero con frecuencia me enteraba de lo que se decía de él en la calle, en los medios de transporte, en las filas de los bancos, donde quiera que se juntaba gente que ni se conocía. Más de un/a amigo/a me manifestó entonces lo mal que se sentían cada vez que escuchaban lo que se atrevían a decir de un hombre a quienes nosotros, mis amigos/as y yo, profesábamos y todavía profesamos respeto, afecto y gratitud.

Conste, no estábamos de acuerdo con su proyecto reeleccionista. Terminamos apoyándolo porque preferíamos seguir con él que dar paso al regreso del PLD. Todavía creemos que si hubieran apoyado a otro candidato del PRD, por ejemplo, Hatuey, que ganó una convención que luego fue invalidada por la JCE, la historia habría sido otra. Mas no fue así.

Las razones por las que Hipólito perdió son muchas, y entre todas ellas hay que resaltar el papel que jugó precisamente Hatuey en esa ocasión, que era presidente del PRD, como también hay que asignar un rol protagónico a Miguel en la derrota de 2012, igualmente presidente del PRD en esos tiempos. Por más que digan y quieran aparentar, Danilo no cuenta con Leonel, presidente del PLD y esposo de la vicepresidenta candidata. Está a la vista. No le hacían falta los Vinchos para hacer campaña sucia porque tenía al onerosísimo brasileño, que no solamente ya no está, sino que todos sabemos dónde está y por qué.

En estos momentos, lo que se dicen entre sí los y las votantes que, sin necesariamente conocerse, coinciden en los mercados y supermercados, colmadones y pulperías, carros públicos, voladoras urbanas e interurbanas, salas de esperas de hospitales y clínicas, escuelas y colegios, las odiosas filas de los bancos y bancas, en las actividades gremiales, en las reuniones familiares, en los velorios, ciudades, pueblos, campos, "ríos, valles y montañas", en fin, en cualquier lugar, es un claro mensaje de repudio sin antecedentes a todo lo que tenga que ver con el PLD, principalmente al presidente candidato.

Esta percepción a la que me refiero va más allá. Se está percibiendo que los peledeístas, a pesar de estar en campaña, no dan la cara. Desde el candidato presidencial mismo, que encabeza las caravanas, pero no habla, no da discursos, no concede entrevistas, no acude a invitaciones institucionales a exponer sus propuestas ni a programas a responder preguntas, mucho menos dar explicaciones de las irregularidades, las contradicciones y los escándalos, hasta sus seguidores, que no dan la cara, andan como escondidos, no se dejan ver demasiado, ni salen a defender su partido y su candidato cuando oyen las expresiones contrarias de los demás. Aquella petulancia como que está de vacaciones. Una súbita discreción ocupa su lugar. No se perciben triunfales.

Los mismos empleados públicos, que ahora son llevados en franco turismo interno a recorrer el país en yipetas y minibuses, aprovechan bien el paseo, gastan en pendejadas los 500 pesos que les dan, y tienen su decisión tomada. Están hartos. Es que hay jefes que, de tantos años en los puestos, han llegado a cancelar empleados, previa desconsideración frente a sus compañeros, por no ponerse de pie cuando ellos entran en algún espacio. Es demasiado lo que han visto en manejos turbios, en maltrato, no quieren seguir siendo cómplices pasivos, encima sin beneficios, por el contrario, siempre en el filo de la navaja.

Cierto es que no falta quien lamente lo que se considera la debilidad de la oposición, digamos que la quisieran más ofensiva. Felizmente, muchos entienden que la oposición, llena de limitaciones, es limpia, decente, como no se la merece el partido en el poder, pero sí como la valoran los ciudadanos/as. Cada vez que el gobierno y el PLD han querido descalificarla, han quedado con la cara bien larga.

No. No creo que Danilo gane por votos. Si no logra amarrar un fraude colosal, que no es imposible pero tampoco seguro, quizás intente quedarse a la fuerza. Y ya he oído en más de un lugar - miren que salgo poco - que si hay que tirarse a la calle y tomar las armas, eso se hará.

Y ustedes, ¿cómo lo perciben?

Comentarios

YLONKA MATOS ha dicho que…
Que hay que salir a votar por lo que parezca mas honesto. Y cambiar no solo el presidente sino el congreso en pleno!

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