El corazón de Danilo

Como bien plantea Juan TH, lejos de usar un látigo contra los corruptos, éstos no serían tocados ni con el pétalo de una rosa, en el hipotético caso de que Danilo llegara al poder. Más desafortunada todavía me parece la parte de esa misma frase donde dijo: “mi corazón para los pobres”. De entrada, sin remordimientos, podemos interpretarla exactamente al revés: “mi corazón para los corruptos y un látigo para los pobres”, y no se puede decir que se trate de un prejuicio. ¿Dónde estaba el corazón de Danilo durante sus cuatro años de secretario de la presidencia? Danilo era el hombre fuerte de ese período de gobierno. Recordemos que Margarita no era, oficialmente, la primera dama. Danilo era el que “conseguía”. No hay dudas de que, tanto poder tuvo y ejerció, que se convenció de que podía, debía y quería ser presidente de la república. Desde entonces, ésa es su obsesión-compulsión. ¿Con quién estaba el corazón de Danilo en esos tiempos? ¿Quiénes eran los pobres a los que entregó su corazón? Todos conocemos, en persona, con sus nombres y apellidos, una pequeña parte de quienes, por obra y gracia de Danilo, se enriquecieron como nunca habían soñado. También sabemos que las aspiraciones de Danilo, que no han cesado desde que surgieron, en buena parte se financian con recursos del Estado, debido al gran número de funcionarios con que cuenta en los poderes ejecutivo, legislativo, judicial y municipal, muchos de ellos a todas luces corruptos, ya que ningún presupuesto de ninguna institución oficial dispone de renglones para apoyar candidaturas. Y todos, Danilo incluido, llegaron al poder sin tener en qué caerse muertos. Es cierto: su látigo es de seda y su corazón es de piedra. Porque, si fuéramos a tomar la expresión literalmente, ¿qué resolvió ese corazón de Danilo a los pobres en sus tiempos de gloria? ¿Qué ha mandado a resolver ese corazón de Danilo a toda la gente que tiene tan bien colocada en el poder? Lo único que ha hecho la pobreza es aumentar en calidad y cantidad. Nosotros, quienes una vez éramos de clase media, aquellos pequeños burgueses llenos de vicios, que tanta hambre y vergüenza les recogimos a esos muchachos tan serios y apegados a sus principios, caímos en categoría de nuevos pobres, muertos civiles, mientras los ricos por corrupción aumentan. Danilo tiene su cuota de responsabilidad. Sólo mejoró la situación social y económica de sus allegados, incluyendo a quienes se pegaron de él cuando, de 1996 a 2000, se convirtió en el poder detrás del reino.

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