Buen abusador



Maríñez no es más que un buen abusador. Es lo menos que puede decirse de su atrevimiento al declarar que Luis Abinader había hecho un pacto de caballeros con Miguel Vargas ¡a través de su padre! (“el viejo Abinader”). 

Para empezar, los pactos de caballeros se hacen entre, por lo menos, dos caballeros. Ya va faltando uno.

Lo peor es que Maríñez cree que va a poner a Luis a desautorizar públicamente a su papá. Miren qué jugada tan sucia, sabiendo, como sabe, que si Luis pactara con Miguel, perdería absolutamente a todos sus seguidores, incluyendo a su propio padre.

Sin entrar en detalles tan innecesarios como que Luis es mayor de edad y nadie puede hacer ni decir nada en su nombre, así como otras cosas que podrían resultar dolorosas para quienes, aun sin conocer a los involucrados, conozcan el decoro y el respeto con que se debe tratar a los adultos mayores, esas declaraciones de Maríñez son de una bajeza incalificable.

Digo, y lo del periódico no es menos. Lo pone en la portada, y luego la noticia no pasa de un cuadrito en la última página de la sección. Al redactarla, se cayó de la mata, quedó claro el disparate, la mala intención. Pero de que haría impacto alcanzar a ver el titular desde un semáforo, no hay duda, como no la hay de que se convertiría en tema de vagos en colmadones y parques, no hablemos de los programeros que, carentes de tema, ocupan sus espacios con este tipo de chismes.

El caso es que el entorno de Miguel se refiere a él como si el menor de edad fuera su líder, o como si fuera una víctima de los demás. Primero fue Hipólito. Ahora, Luis. Como si la historia del PRD no la hubiéramos visto de cerca, como si no la hubiéramos vivido y, todos, menos yo, padecido.

“¡El pobre Miguel, caramba! ¡Todo el mundo lo ha engañado, hasta un hombre tan inofensivo como don José Rafael Abinader!” No sea nadie pendejo.

Ya no saben qué hacer. Se dieron el lujo de expulsar al Comité Ejecutivo Nacional, de reducir su padrón a nada. Jamás pensaron que el PRM tomaría la fuerza, el auge que hoy tiene, que su candidato se colocaría en posición ganadora, todo en tan poco tiempo ¡y a mano pelá, sin un solo peso!

Se ha ido demostrando, con los hechos, todo lo que pasaba y dejaba de pasar en el PRD por obra y gracia de Miguel Vargas, de quien todavía algunos no entendemos bien cómo fue que se hizo con la presidencia de ese partido y se permitió todo lo que se ha permitido.

Ahora, aparentemente como parte de su misión, quiere descalificar a Luis, mostrándolo como un niño desobediente. No puede acusarlo de no tener palabra, ya que según su propia declaración, nunca conversaron con él. La verdad, hay que ser muy poca cosa en la vida. Es indignante.

Se quedaron con la marca, pero la producción no sirve.

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