¡Gracias!

Las iglesias prometen la vida eterna a la derecha del Padre, es decir, el cielo. No es gratis, ya que para ganarse ese derecho hay que someterse a un cierto estilo de vida, de sumisión y alabanzas, muchas veces de rodillas, y también hacer aportes en metálico, cada cual a la medida de su bolsillo y a veces un poco más. Cuestión de fe. Sí, porque no hay referencias, y si a la hora en que el alma se separa del cuerpo resulta que no es así, no hay forma de reclamar.

Nosotros, es decir, el PRM, nuestros candidatos y nuestros aliados, no estamos ofreciendo el paraíso para la eternidad. Nuestras promesas son terrenales y temporales, con derecho a reclamación y con deber de pagar en caso de fallo. (Otros pagarán mañana mismo, cuando reciban su más que merecido voto de castigo. 

Estamos ofreciendo cuatro años de respiro, de alivio, de mejoría y, lo más importante, el asentamiento de las bases para un futuro más prometedor mediante la recuperación de valores morales y materiales perdidos y la renovación en la administración de lo único que tenemos: nuestro Estado, de manera que volvamos a adquirir la sensación de vivir en hogar propio, no de estar arrimados, por cierto, en nuestra propia casa.

Caras nuevas, ideas nuevas, ejecutorias nuevas. No estamos pretendiendo convencer a los votantes de que tenemos una varita de virtud para cambiar la vida de la noche a la mañana. Tenemos un Estado en situación de desastre, de catástrofe, que todavía puede empeorar drásticamente durante la transición. Ya hemos vivido esa experiencia, precisamente a manos del PLD. Tomará tiempo, pero lo haremos.

En este momento, tenemos la oportunidad de rectificar el grave error de haber permitido que la plaga morada socavara nuestro patrimonio al extremo de endeudar hasta a nuestros tataranietos. Tenemos la oportunidad de, pacíficamente, librarnos de la ofensiva e indignante ostentación, en nuestras narices, de la opulencia en que viven a nuestras expensas, no con lo que nos sobra, sino con lo que nos hace mucha falta. Tenemos la oportunidad de, primero por las buenas, eliminar por completo el trato que nos han dispensado en todos estos años, como si la relación fuera entre los señores feudales y sus esclavos.

Y ya esa parte se sentirá inmediatamente después del resultado de las elecciones, bastante más después del cambio de mando, e irá esparciéndose en notorio aumento cuando las propuestas presentadas en el programa de gobierno vayan haciéndose realidad. Ver plan de gobierno en prm.org.do.

En un año, consolidamos un partido mayoritario. Proyectamos un candidato a la presidencia y lo colocamos en posición ganadora. Eso, sin mencionar el abrumador impacto de la selección de la candidata a la vicepresidencia. ¡Y miren el lugar que ocupan nuestros candidatos al Congreso y a las alcadías, en sólo dos meses de campaña! ¡Con tantos frentes abiertos! ¡Luchando desde abajo, en franca desventaja, contra tantas mañas, tanta insensatez, tanto odio, tanto de todo lo imaginable e inimaginable!

Sirva este día para la reflexión. Quien ama, confía. Por eso agradecemos desde ya la confianza depositada en nuestras candidaturas, en nuestras propuestas. Les correspondemos con el mismo amor que ha generado esa confianza.

Gracias adelantadas por la victoria de mañana, de todos, con todos y para todos.








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