15 de diciembre

El 15 de diciembre es el aniversario de la fundación del Partido de la Liberación Dominicana. Cuarenta y tres años, de los cuales pasaron 23 visitando los hogares dominicanos. Aunque en muy pocos lograron adhesión, en todos dejaron la estela de la seriedad y de la confiabilidad. Ser peledeísta era eso: ser serio y confiable, tener las más sanas intenciones para con el país y sus propietarios, sin el menor resquicio de duda.

Al cabo de esos 23 años, se aliaron con quien se consideraba el enemigo común de todos los dominicanos y, a partir de esa alianza, llegaron al poder. Hasta quienes no votaron por ellos ni comulgaban con ellos se alegraron del "nuevo camino", un presidente joven, caras nuevas, gente con sólida formación política, herederos del ya fuera de circulación profesor, maestro, ex presidente, paladín de la honestidad, escritor de prestigio internacional, etcétera.

De ese momentum a la fecha, no hay nada que contar a los adultos de hoy. Lo hemos vivido, lo estamos viviendo. No ha sido fácil y cada vez se pone más difícil. Dentro de poco, será insostenible.

Todos sus reconocidos problemas de clase, sus vicios de pequeños burgueses, en otras palabras, sus resentimientos sociales, los han cobrado con unos intereses altísimos. Empezando por el propio Juan Bosch, de quien se cobraron con creces el trato que tantos de ellos recibieron de él, cuando aprovecharon que estaba desconectado, primero en aquel inolvidable cumpleaños que le celebraron rodeado de enemigos y luego con ese mucho más inolvidable espectáculo que fue la proclamación del Frente Patriótico. 

A nosotros, no terminan de cobrarnos con saña, por cierto, lo que no les debemos. ¿Quién entiende a los peledeístas? En términos de la política continental, sus vínculos son con los demócratas; son amigos del gobierno cubano (castristas); enllaves del gobierno venezolano (chavistas), íntimos de Lula y Dilma, y pro-haitianos. Es decir, parecerían tener esas afinidades con los sectores progresistas del país. Sin embargo, esos sectores progresistas vienen siendo los más perjudicados y asqueroseados del PLD para acá.

El desparpajo morado a la hora de cumplir con sus obligaciones, apegarse a las leyes y tratar al pueblo que los mantiene como jamás soñaron vivir es algo que no se veía en el mundo desde la historia antigua. No se molestan en guardar las formas, como si fuera natural y adecuado que un funcionario, electo o nombrado, le diga, con o sin palabras, a un ciudadano, por demás votante, que todo es para ellos y que no nos queda más que seguir tributando a la medida de sus insaciables necesidades y sus malévolos planes.

¡Los señores feudales y sus esclavos! Sólo falta que el 15 de diciembre pase a ser el día de la fiesta nacional y que, como parte del elaborado programa para borrar nuestra historia, la independencia y la restauración desaparezcan de la corta lista de festejos patrios.

Y nosotros, cada vez más alejados unos de otros, más desconfiados unos de otros, más indiferentes ante los males que nos afectan a todos por igual. Ni siquiera se nos ocurre establecer un sistema de integración social, visitándonos unos a otros para recuperar los espacios perdidos, volver a tratarnos como vecinos, compueblanos, compatriotas.

¿Será que no nos duele lo que nos pertenece? ¿No nos importa que nos arrebaten todo? ¿Estamos dispuestos a que nuestros tataranietos tengan que pagar el alucinante endeudamiento que estamos permitiendo? ¿Nos sentimos cómodos viviendo como arrimados en nuestra propia casa, el país? ¿Qué se hizo el espíritu de la colectividad?

Ay, ya no sé qué pensar ni qué hacer. Pero de que hay que actuar rápido, no hay dudas.

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