Bueeeenoooo

Ustedes no me hacen caso cuando les digo que el problema nuestro no son los haitianos, sino los españoles. Como seguramente ya habrán visto, los empresarios expresaron su deleite por el discurso presidencial del día. ¿Son haitianos los empresarios?

¿De dónde son esas familias que fabrican, por ejemplo, los insumos con los que se construyen las obras, por tanto, contratistas o subcontratistas de Odebrecht? ¿Se sabe de algún haitiano que fabrique tubos, alambres, varillas, bloques, etc., y que, aun los fabricara, fuera beneficiario de uno de esos contratos?

¿Tienen acaso los haitianos el monopolio de los supermercados, las ferreterías grandes, las tiendas de telas y de zapatos, la distribución de electro-domésticos y demás expendios de artículos de primera necesidad?

¿Son haitianos los mayores (ni menores) representantes de marcas importadas, entre ellas las de vehículos de motor? ¿Tiene algún haitiano cadena hotelera en el país? ¿Se sabe de algún haitiano dueño de bancos ni de bancas? ¡Nooooo! Lo único que tienen, sin competencia, es nuestro desprecio. Y sabemos que se debe, antes que nuestra historia, al hecho patente de que son negros y pobres.

Por otro lado, ¿se ha visto alguna vez a algún español vendiendo cosas en las esquinas? ¿Pegando bloques en una oonstrucción? ¿Ordeñando vacas ajenas? ¿Empujado a golpes para meterlo en una camiona luego de haber trabajado sin recibir su paga? ¿Deportado por falta de documentos en regla?

Bueno, podría amanecer enumerando diferencias entre unos y otros inmigrantes, pero el punto es que tampoco son los haitianos los que están apoyando la plaga morada. Aun lo hicieran, carecen de fuerza social, política y económica para sostenerlo.

Creo que a partir de ese discurso de hoy, no queda el menor resquicio de duda sobre el tono y el ritmo al que toca la orquesta. Está en nosotros no dejarnos distraer y concentrarnos en lo que interesa. Ya sabemos que están dispuestos a todo.

Ahora resulta que son ellos los abanderados de la lucha contra la corrupción y la impunidad y nosotros los corruptos impunes. Muy peligroso.

Urge definir el método de lucha, porque todavía les funciona la repartición de 500 pesos y un picapollo por cada ciudadano que quieren movilizar, lo cual es grave de toda gravedad, ya que mientras queden dominicanos tan baratos,no tendrán el menor problema en mostrar la fuerza del gobierno apoyado por los empresarios, en su mayoría de origen europeo, principalmente españoles.

Podemos inferir que no solo se trata de una dictadura, sino de un neo-colonialismo de lo peor. Si no tenemos vocación de esclavos ni queremos dejar a nuestros descendientes en esa situación, no perdamos tiempo. Tranquilos, que no pueden matarnos a todos.

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