Coooooooompañeros

Hay que tener muy en cuenta que, en nuestros días, muchos hemos adquirido otro nivel de conciencia. Muchos de nosotros, por ejemplo, en algún momento vendimos perros y gatos, los regalamos después de adultos, los dejamos botados, los amarrábamos como algo natural, cosa que sólo recordarla, mata de remordimiento y que de ninguna manera haríamos ahora.

Para no ir más lejos, no sabíamos que había que cepillarse los dientes después de cada comida. Ni que la sopita, que da tan buen sabor a las comidas, era un veneno.

Hemos ido aprendiendo, cogiendo y dejando, y definiendo mejor nuestras relaciones con las especies y con nosotros mismos.

Muchos de nosotros hemos ido a las playas a buscar piedras, arena, hasta agua de mar. Hemos talado árboles por estricta conveniencia.

Y todos, en diferentes momentos, hemos apoyado causas que luego han demostrado ser lesivas. Hemos sido racistas, homofóbicos, clasistas, xenófobos, chauvinistas, en fin, comemierdas en más de una versión. Fumamos, bebimos, no pocos probaron sustancias prohibidas. Hemos hecho infelices a terceros. No hay nadie que a partir de cierta edad no tenga una historia salpicada de lodo, poquito o mucho, fétido o no.

Felizmente, algunos hemos tenido el privilegio de renovarnos, de evolucionar, aunque sea un poco. De manera que no es por minucias, ni por la falta de evolución ajena, que vamos a abandonar las causas en las que nos hemos comprometido.

Tenemos que capitalizar, a como dé lugar, este momentum de afinidad por un asunto que nos afecta a todos por igual: la falta de consecuencias, mejor conocida como impunidad. Concentrémonos en eso y dejemos de estar buscando disparidades. Si vemos en las actividades personas a quienes consideramos merecedoras de consecuencias por sus actos, tranquilos, quietos, que por más que esa persona quiera confundir al enemigo, lo que está haciendo es afilando cuchillo para su garganta.

Cuando se erradique la impunidad, desaparecerá la mayor parte de los problemas que nos tienen la vida jodida.

De manera que, ¡ánimo!, que ahora sí es verdad y positivo que "e' p'alante que vamo", pero primero los pondremos a ellos en su sitio.

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