“Mi Navidad, doña”

Cada periódico llega con un sobrecito del repartidor. Los también repartidores, pero de basura, sí, porque lejos de recogerla, más bien la riegan y no de cualquier manera, también entregan su sobre. Y cada año me pregunto lo mismo: ¿no les pagan donde trabajan? ¿no les dan su doble sueldo? ¿qué costumbre es ésa?

Nosotros, los chiriperos de nuestros respectivos oficios, no tenemos sueldo, ni seguro de salud, ni plan de pensión y, por supuesto, tampoco recibimos regalía pascual. Pero aun aquéllos que sí la reciben, ¿deben repartirla entre los empleados ajenos?

Pagamos por la recogida de basura, servicio que nos dan de muy mala gana y cuando ya tenemos ratones hasta para exportar. Damos por hecho que ni el chofer del camión ni sus ayudantes trabajan a cambio de lo que piden a los usuarios, no solamente en Navidad, sino durante todo el año.

Pagamos nuestras suscripciones a los periódicos, únicamente a cambio de que nos lo tiren en nuestras casas, porque los venden en todas las esquinas. Los periódicos gratuitos tienen marcado interés en su circulación ya que su publicidad es mucho más cara, entonces es de suponer que pagan sueldos a sus repartidores.

Como dicen en Puerto Plata, “quiérese decir” que ellos, además de la regalía que reciben de sus respectivos empleos, recogen sumas de dinero que no se consiguen ni con el más alto de los sueldos. Porque, supongamos que cada uno recoge basura o reparte periódicos en doscientas viviendas: pobremente, de a cincuenta o cien pesos por vivienda, es un dinero que ya quisiera yo recibir en un mes como éste.

De ninguna manera estoy diciendo que no se lo merezcan. Sólo creo que es una pésima costumbre. Hasta tiene algo de malsana. Por ejemplo, donde vivo actualmente, apenas hace dos o tres semanas que están tirando un periódico, pero a la tercera o cuarta entrega llegó el sobrecito, por cierto el primero que hizo acto de presencia.

¿Creerá este repartidor que le toca algo de nosotros? ¿Nos sentiríamos tan obligados – que en mi caso es nada – como con quienes nos han “recogido” la basura y traído los demás periódicos durante todo el año? Ese tipo se pasó. Pero, ¿cómo lo manejamos para que no deje de traerlo cuando constate que su plan no funcionó?

¡Ah! Falta el del colmado, que no se considera retribuido con todos los menudos que nunca tiene para devolvernos. ¿Vendrá también el de la CAASD, que corta el agua cuatro y cinco días antes del vencimiento de la factura?

Nada más cierto que nosotros, que una vez fuimos de clase media y pasamos violentamente a la categoría de nuevos pobres, estamos como la arepa, con candela por arriba y por abajo, porque si hay algo que indigna es la causa de nuestra situación, que no es otra que la corrupción.

Tenemos que eliminar nuestra complicidad por omisión con quienes nos han lanzado al fondo de este precipicio. Solamente ejerciendo la solidaridad entre nosotros mismos lograremos, algún día, primero estabilizarnos, y luego progresar. De todos modos, feliz navidad, hasta donde sea posible.

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