Que no cunda el pánico

Estamos a menos de dos meses de materializar un logro de vital importancia para todos: sacar el PLD de los poderes del Estado. De hecho, ya lo sacamos del poder municipal. En julio, lo sacaremos del poder ejecutivo y del poder legislativo. En cierta medida, esto repercutirá en el poder judicial.
Los dominicanos somos muy peculiares. Sin embargo, como quedó demostrado durante los dos años de marchas verdes, cuando nos proponemos algo, lo hacemos, lo conseguimos a como dé lugar. Somos resistentes. Somos más fuertes que el odio. A puro golpe, vamos recuperando nuestro espíritu de colectividad, al menos para enfrentar los males que nos afectan.
En este momento, la agenda común, por encima de nuestras disparidades de criterio, es deshacernos de la plaga morada, como sea. Todo tiene un precio, y lo estamos pagando. Y, para que nos salga más caro, por lo tanto, para que lo valoremos más, nos llega esta pandemia en pleno fragor de una campaña electoral.
Ya demostramos que, por encima de las barbaridades ocurridas en torno a las elecciones municipales, impusimos nuestra voluntad en la mayoría de las alcaldías del país. Y eso, que nunca nos hemos interesado demasiado en los gobiernos locales.
Los residentes de los lugares donde el PLD no ganó las alcaldías hemos sido objeto de reales atentados contra nuestra salud, contra nuestras vidas. Por solo mencionar dos casos, recordemos el espectáculo del peregrino en la provincia de Puerto Plata y el incendio en el vertedero de Duquesa. Eso, sin mencionar las atrocidades que han hecho a más de un alcalde de estreno, poniendo en sus bocas palabras que no han dicho (editando declaraciones), haciendo montajes en fotos, y otras bellaquerías propias de la gentuza.
Sabemos que estamos enfrentando un monstruo de dimensiones incalculables, que tienen todo el poder, manejan todo nuestro dinero - el que producimos, el que tributamos, y el que nos han puesto a deber - y también conocemos muy bien su más absoluta falta de escrúpulos. Están jugando pesado. Son un peligro, grande.
Pero, del mismo modo que les perdimos el respeto hace tiempo, también les perdimos el miedo. De manera que, para las presidenciales y legislativas, no vamos a jugar con eso, teniendo, como tenemos, la conciencia clara y la decisión tomada de que no aguantaremos 4 años más de PLD.
Decidimos esperar las fechas de la solución pacífica, las elecciones. Eso no quiere decir que no estemos dispuestos a salir a las calles a defender nuestra voluntad si, como ya ha ocurrido antes, esa voluntad se viera quebrantada. En esta ocasión, esperaremos los resultados con nuestras camisetas y nuestros tenis a mano y no nos iremos a la cama sin la seguridad de que se nos ha respetado como dueños que somos del Estado.
No nos están impresionando con su repartidera de migajas, ni con su aparente atención, ni con su violencia. Todo el mundo conoce su plan, hasta quienes les están haciendo el juego. Si no lo creen, miren todo lo que sale a la luz pública desde la intimidad de sus despachos, de sus casas, de sus celulares.
La campaña sucia ideada y ejecutada por sus asesores solo les genera más malquerencia, que ya era mucha. Su espionaje, además de burlado, ha resultado inútil. Su descrédito ha traspasado las fronteras nacionales y le ha dado la vuelta al mundo, al igual que sus asuntos pendientes con la justicia de otros países.
Ahora quieren que Leonel los apoye. Leonel solo regresa si lo apoyan a él, que ni así se empatan de todas las bajezas que le han hecho a quien se lo deben todo. Leonel sabe que, “pa’ to’ perdío, algo ganao”. En caso de segunda vuelta, negociará con Luis. Ni así paga todo el mal que, en su momento, nos hizo, o sea que tampoco habrá que agradecérselo.  
En su desesperación, Danilo y su combo están apostando al miedo. Les informamos que no se les va a dar. A los aguafiestas, tumba-notas, agoreros y pesimistas, les recordamos que el Estado recauda muchísimo dinero todos los días. Bien administrado, da y sobra para estabilizar la economía. Siempre será mejor aguantar unos meses de austeridad que 4 años más de ofensiva (y alardeada, cual honra) corrupción impune.
El 5 de julio, nos protegeremos adecuadamente para evitar posibles contagios, como hacemos para las diligencias imprescindibles, y saldremos a votar masiva y militantemente por un abrumador 50% + 1 que no deje el menor resquicio de duda. Estamos hartos. Se van. 

--
Elisa.

L'eccezione alla regola insidia la norma.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Memorias de Gestión Consular

Prestigio prestado

Cuando baila un buen merengue