Nació grande



A mi edad, han sido muchas las organizaciones que he visto nacer, crecer, reproducirse y morir. No recuerdo que ninguna haya nacido con las dimensiones del PRM. Si quedaba algún resquicio de duda, desapareció la tarde del sábado recién pasado.

A apenas cuatro días de haber sido convocada, incluyendo un día festivo, el jueves. Miren las fotos y los videos que abundan en las redes y en los medios. Eso fue solamente en la capital. Si el PLD no tenía constancia del tamaño del repudio que la población siente por ese partido y sus dirigentes, ya la tiene.

Los reformistas, en sus tiempos, tenían un factor de conversión, un número estimado de personas por metro cuadrado en las actividades masivas, medían el área ocupada y obtenían un número aproximado de participantes. 

No sé cuántos metros cuadrados se ocuparon ayer y está difícil de medir porque no era una actividad estática, sino en movimiento. Sólo sé que había mucha, mucha gente. 

Tanto quienes asistimos como quienes no pudieron asistir llevábamos un buen tiempo esperando la ocasión de decir al PLD: ¡Basta! No es que ya tenemos suficiente, es que ha sido demasiado. Ese deplorable, preocupante e intimidante espectáculo de ayer en el Congreso, justo antes de nuestra marcha, hizo salir de sus casas a muchos capitaleños. ¡Qué asco!

Fueron demasiados, incluyendo líderes y dirigentes nuestros, los que durante una temporada se sintieron y se manifestaron “tranquilos con Danilo”. Ya saben quién y cómo es, de lo que es capaz, al extremo de que no pocos de su propio partido no saben dónde meter la cabeza de la vergüenza que les produce todo lo que viene ocurriendo desde hace un tiempo.

Nuestro candidato no puede quejarse de su poder de convocatoria. Se consolidó como el hombre en quien los dominicanos y las dominicanas han puesto su fe y su esperanza, sin esperar caridad. El equipo organizador se anotó una patica. Hasta donde sé, no se repartió un solo peso.

Ancianos, discapacitados físicos, personas a todas luces muy pobres, ciudadanos y ciudadanas que viven en la exclusión social, objetos de discriminación por sus condiciones o elecciones de vida, personas que creíamos que ya habíamos asistido a todas las protestas que nos tocaban en esta vida y en la próxima por haber estudiado en la UASD del medio millón y ser de la generación de los 12 años, cocinándonos en aquel sol inclemente y dispuestos a entriparnos si acaso volvía a llover.

Realmente, ese ejercicio de calentamiento nos dejó a todos muy animados, convencidos de que, si así fue la primera, además convocada con tan poca antelación, no será por falta de respaldo popular que fracasaremos.

Luis, que debe estar emocionadísimo, ahora sabe con certeza que el compromiso asumido es grande, que su responsabilidad es mucha, que este pueblo no aguanta un desencanto más. Necesitamos, queremos y merecemos estar verdaderamente representados en los poderes del Estado, recuperar lo que queda de nuestro saqueado país y ponerlo en condiciones que nos permitan una vida digna.

¡Ah! A quienes alegan que el PRM nació grande porque es fruto de la disidencia del PRD, un partido de 75 años, les recuerdo que han sido muchos los partidos que se han derivado de ése, PLD incluido. Solamente el PRM se los llevó, y sigue acogiendo, a (casi) todos.

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