Por las dudas



Dado el rumbo que han tomado los hechos y por el punto al que han llegado, es muy difícil pensar que, una vez modificada la Constitución y obtenida la candidatura de su partido, Danilo Medina se presente a las elecciones provisto únicamente de lo que considera su popularidad, que ya sabemos falsa y también sabemos cuánto nos ha costado, cuánto hemos pagado y cuánto debemos sin haber sido consultados.

Cada día son más claras las señales de que el hombre está dispuesto – y listo – para lo que sea con tal de permanecer en el poder.

Siendo así, además de mantener nuestra campaña como va y mejorándola, arreciándola, sería prudente ir elaborando un Plan B, por las dudas. No se trata de correr delante de la bola. Se trata, más bien, de prepararnos para que no nos sorprendan y terminemos con las manos en la cabeza, no solamente los candidatos, no solamente el partido, sino todo el país, en condición de votantes o no.

Muy pocos dominicanos – por no decir que ninguno – pueden decir que nunca han tenido su candidato reeleccionista favorito. Yo misma, que no estuve de acuerdo con la de Hipólito, terminé votando por él con tal de que no fuera por mi voto que Leonel volviera al poder. Volvió, pero sin mi voto.

Lo que se está batiendo en esta ocasión no es la reelección propiamente dicha. Es la forma en que se han venido desarrollando los procesos, demostrando sin recato que “eso va” a como dé lugar, como si en “eso” le fuera la vida. “Eso” es lo que mete miedo, lo que nos pone a dormir con un solo ojo, lo que no nos deja ni pestañar. Últimamente, hemos estado viviendo de una provocación en otra.
Noto que hay mucha gente tranquila, apostando a que entre Leonel y los Vinchos impedirán que el proyecto de Danilo prospere. Una vez más, para no perder la mala costumbre, subestimamos al enemigo. 

Todas las partes involucradas en esa guerra son monstruos que han habitado en las entrañas, unos de otros. Todas las partes están vivas, bien equipadas, sobradas de recursos y carentes de escrúpulos. Es una prueba de resistencia. Faja contra cabellera. No se puede contar con eso.

Nuestro proyecto, en muy poco tiempo, ha recibido un apoyo nunca antes visto. Lejos de dormirnos, ahora debemos honrar el compromiso, cumplir con la responsabilidad generada por la demostración de fe y esperanza puesta en nosotros.

No podemos sentarnos a esperar a que llegue el día de las elecciones contando con ese triunfo. Danilo debe saber, desde ya, que los dominicanos y las dominicanas, incluyendo no pocos peledeístas, estamos réquete jartos de ellos y que, si desencantados estábamos, ahora estamos asqueados.

Queremos nuestro país de vuelta. Nos pertenece. Esto no es asunto de los ideales de nadie, ni vivo ni muerto. Es que no hemos llegado a este día para complacer antojos malsanos, para seguir inmolados en aras de la opulencia morada. Nuestra inercia nos ha llevado a la inanición. ¡Reaccionemos!

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