Mujeres "solas"

I

En la República Dominicana, una mujer sola es aquélla que, aunque viva con todos los padres, hijos, nietos, hermanos, sobrinos, tíos, primos y animales que tenga, no tiene marido, es decir, "un hombre que la represente". En ese tenor, el "delivery" del colmado más cercano a mi casa, entendió que me estaba haciendo la oferta de mi vida al manifestarse, insistentemente, dispuesto a casarse conmigo, alegando que "en una casa hace mucha falta un hombre", que "las mujeres no pueden estar solas".

Yo, malagradecida como soy, no solamente decliné el favor del siglo, sino que pedí en el colmado que no mandaran más ese muchacho a mi casa. Como siguieron mandándolo, me cambié de colmado. Ahora compro en uno menos cercano, atendido por mujeres, y hasta me fían el agua y los cigarrillos cuando no tengo dinero, que es a cada rato. También venden helados y biscochos, lo cual es un peligro de los grandes, al menos en mi caso.

Los días que hay loto, voy a otro colmado en el mismo barrio, atendido por cuatro hermanos y la esposa de uno de ellos, que se turnan. Son la decencia hecha gente. A nivel de "sí, señora", o "no, señora", o "con mucho gusto, señora", si el carro no prende, me mandan un muchacho a empujarlo; si quiero rodar los tarros, también me mandan un muchacho; si hay que encaramarse al techo porque la tapa del tinaco salió volando, me mandan un muchacho; si tengo que apear del carro algo muy pesado, me mandan un muchacho. Por supuesto, lo boroneo, pero me resuelve. De esa manera, tengo todos los hombres que necesito y más, para lo que "hace falta un hombre en una casa". Por cierto, son todos "deliveries" de colmados.

Para otras necesidades, la veterinaria me manda el haitiano a que bañe los perros y lave el patio, y el jardinero de la junta de vecinos viene a podar la grama y a limpiar los tarros y las jardineras. ¡Demasiados hombres para una sola mujer!

No tengo que cocinar para ninguno de ellos, no tengo que bregar con su ropa sucia, no tengo que oír los disparates que hablan, muy particularmente a esta edad en que estamos, no tengo que atenderlos si se enferman y, lo "más mejor", no me expongo al riesgo de olvidar o confundirme en cuanto a mejores momentos en otras áreas de la vida. 

No es nada blanda la pared con la que chocan cada vez que se atreven a actuar como si no me debieran respeto porque no tengo "un hombre que me represente". Y, del PLD para acá, eso que (no entiendo por qué) se llama la cultura machista ha arreciado de manera insoportable, agotadora, incluso peligrosa. Sobreviviremos, a pesar de tener que lidiar con tanta estrechez de mente.

II

Tengo una amiga que las ha pasado todas. Cuando le pasó la más reciente, pensábamos que la perderíamos, que no tendría forma de superarlo. ¡Qué va! La mujer vendió su apartamento en el centro de la capital. Con la mitad del dinero, resolvió el tremendo problema que creímos la llevaría a la muerte, también resolvió otros problemas menores, reparó todos sus muebles, y hasta apartó un dinerito como reserva para cualquier eventualidad, no hablemos de lo que ha prestado y regalado. Con la otra mitad, compró un apartamento pequeño y se instaló.

Sus nuevos vecinos se portan, no igual, sino mejor que los anteriores. Se rigen por un código de convivencia. Por ser ella cabeza de familia en un barrio pobre, califica para bonogás, bonoluz, solidaridad por cada hijo enfermo y por cada nieto en la escuela. Todo lo que inventó el PRD en tiempos de Hipólito y que ha dado tan buen resultado al PLD. En uno y otro gobierno, lo pagamos nosotros.

Mi amiga compra plátanos a 4 pesos, huevos a 3 por 10, batata a 5 pesos la libra, por 200 pesos, le venden una cantidad de pollo acabado de matar que le alcanza para varios días, a pesar de que son cinco personas en la casa, más los que llegan. Cada mañana, le llevan pan caliente a su puerta, a 5 pesos.

No se va la luz y pagan tarifa fija aunque no apaguen los aires acondicionados, además de que una parte de la factura la pagan con la tarjeta del plan social, bonoluz. Como en los colmados no hay inventario ni contabilidad, ni controles, con la tarjeta solidaridad le despachan bebidas alcohólicas y cigarrillos y marcan arroz o azúcar o lo que sea.

Frente a su edificio, hay una cancha del ayuntamiento donde, por el retrocedido machismo morado, las niñas limpian temprano y los niños juegan más tarde, de modo que mi amiga, desde su balcón, alcanza a ver a sus nietos mientras limpian o juegan, según la hora y el caso.

El agua no es problema, el transporte tampoco. Para colmar su dicha, hay una banca de lotería al lado y ¡un puesto de chicharrones en la acera! No puede pedir más.

No sé cuántas formas de vida hay en esta ciudad. Tampoco entiendo por qué llenarnos la boca alardeando de vivir en determinados sectores. Ya ni siquiera se puede hablar de que "no me mudo de aquí por mis vecinos", porque... bueno, mejor no entrar en esos detalles tan desagradables, de la tanta gente que no se ha percatado de que existe el Otro, del significado de la Molestia ni de todo lo que está explícitamente prohibido.

Donde vivo no es de ricos. Somos parejeros, comparones, pero no tenemos en qué caernos muertos. Privándonos de usar a gusto nuestros climatizadores y sufriendo apagones interminables, pagamos una fortuna de luz. El agua nos llega por algunas horas tres días a la semana, lo que nos ata a los tinacos que producen filtraciones y/o a las cisternas que requieren de una bomba que gasta luz.

Cuando hay especiales en los supermercados, compramos los plátanos a 15 pesos (ya en el mercado, los más baratos son a 7 u 8 pesos, y no pasan de rastrojos, no hablemos del viaje: tiempo y gasolina). Y, así, todos los precios, todo el costo de la vida.

No entiendo por qué, si se puede vender a un precio en un barrio, se vende al triple o más en otro.

El transporte público no existe por aquí, de modo que, de a carro por persona, los tapones son infernales y generan gran tensión, también por el tiempo y la gasolina que consumen.

Etcétera, etcétera. ¿Por qué no podemos vivir todos en las mismas condiciones? ¿Por qué no tengo el coraje de mi amiga, una "mujer sola" como yo, y me mudo a un barrio como el de ella? Total, estoy descontinuada. Ya no hago vida pública. Mi vida social se redujo, no a cero, sino a números negativos. Mis "glorias pasadas" están todas en álbumes de fotos, archivos virtuales y, principalmente, mi memoria.

Sí. Me pondré en eso antes de que sea más tarde. Gracias, amiga, por ese ejemplo de coraje y determinación.



Comentarios

Unknown ha dicho que…
Buenos días Cosette, me encanta tu articulo. Todas las"Mujeres solas" vivimos asì, a expensas de tener que escuchar las impertinencias de todos los hombres, que se sienten "conmovidos" por nuestra soledad. Gracias a Dios que el delivery te ofreció matrimonio y no darte compañía, unas cuantas veces a la semana, como la llegada del agua. Estoy totalmente de acuerdo contigo, en que, en el gobierno del PLD se incrementò el machismo, las causas no la se, pero la verdad es que me provoca mucha curiosidad.
galeanogis@gmail.com ha dicho que…


Querida Cose:

Que articulazo. Lo he disfrutado palabra a palabra.

Un abrazote. Gisela

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