Debe doler, sí
Dice el secretario general del PLD y presidente del Senado que le duele que la población perciba que el PLD y sus componentes son corruptos. Debe dolerle mucho, de verdad, que a pesar de lo mal comía que está la gente – y no solamente la gente pobre, sino también los nuevos pobres, los empobrecidos de este gobierno – su escasa capacidad de pensar alcance para darse cuenta de lo que los peledeístas, no sé a partir de qué criterio, calcularon que nadie notaría.
Tiene que doler mucho que quienes en otros tiempos les recogimos tanta hambre y tanta vergüenza a buena parte de los funcionarios de hoy sintamos mucho más que asco de ver en qué consistía la verdadera lucha morada, qué fue lo que en realidad aprendieron en esas logias que eran los círculos de estudio. No sé qué dolerá más, si el desprecio generado entre quienes los conocieron siendo de pobres a indigentes o su miedo de mirarnos la cara sin poder explicar tanta fortuna y, muy especialmente, tanta ingratitud.
Seguramente duele más que una muela infectada o que un parto sin anestesia todo el esfuerzo por ocultar lo que está a la vista. ¡Qué pueblo tan mal agradecido! ¿Por qué tienen que darse cuenta de que aquellos muchachos tan serios que vendían Vanguardia, hacían rifas y espectáculos para mantener el partido y a sus dirigentes terminaron siendo una gran pandilla de corruptos, incluso innovadores de la corrupción? ¿Por qué les causamos tanto dolor?
Con toda seguridad, duele hasta lo indecible que, después que tantos de ellos dispusieran de sus pequeños ahorros, obtenidos durante su primer período de gobierno, un dinerito tan sudado, en minar, socavar, hundir, desacreditar el gobierno de Hipólito Mejía (sin con esto negar sus errores y metidas de pata); después que Hipólito no parecía tener la menor intención ni posibilidad alguna de regresar al poder; después que les ha faltado saliva, tiempo y espacio para pretender convertir a Hipólito en un cuco más temible que el comunismo en los tiempos de Balaguer; que después de todas ésas y muchas otras bellaquerías y trabajos sucios de parte de los arrodillados ante el gobierno, Hipólito esté por las altas nubes en todas las encuestas y hasta los mismos peledeístas venidos a menos manifiesten que la intención de su voto es sacar el PLD del poder, porque todos estamos hartos de ellos.
No hay dudas de que duele que no quede un solo segmento de la sociedad que no los aborrezca. No digo que los acompaño en su sentimiento, pero de que debe doler, sí, debe doler mucho.
Tiene que doler mucho que quienes en otros tiempos les recogimos tanta hambre y tanta vergüenza a buena parte de los funcionarios de hoy sintamos mucho más que asco de ver en qué consistía la verdadera lucha morada, qué fue lo que en realidad aprendieron en esas logias que eran los círculos de estudio. No sé qué dolerá más, si el desprecio generado entre quienes los conocieron siendo de pobres a indigentes o su miedo de mirarnos la cara sin poder explicar tanta fortuna y, muy especialmente, tanta ingratitud.
Seguramente duele más que una muela infectada o que un parto sin anestesia todo el esfuerzo por ocultar lo que está a la vista. ¡Qué pueblo tan mal agradecido! ¿Por qué tienen que darse cuenta de que aquellos muchachos tan serios que vendían Vanguardia, hacían rifas y espectáculos para mantener el partido y a sus dirigentes terminaron siendo una gran pandilla de corruptos, incluso innovadores de la corrupción? ¿Por qué les causamos tanto dolor?
Con toda seguridad, duele hasta lo indecible que, después que tantos de ellos dispusieran de sus pequeños ahorros, obtenidos durante su primer período de gobierno, un dinerito tan sudado, en minar, socavar, hundir, desacreditar el gobierno de Hipólito Mejía (sin con esto negar sus errores y metidas de pata); después que Hipólito no parecía tener la menor intención ni posibilidad alguna de regresar al poder; después que les ha faltado saliva, tiempo y espacio para pretender convertir a Hipólito en un cuco más temible que el comunismo en los tiempos de Balaguer; que después de todas ésas y muchas otras bellaquerías y trabajos sucios de parte de los arrodillados ante el gobierno, Hipólito esté por las altas nubes en todas las encuestas y hasta los mismos peledeístas venidos a menos manifiesten que la intención de su voto es sacar el PLD del poder, porque todos estamos hartos de ellos.
No hay dudas de que duele que no quede un solo segmento de la sociedad que no los aborrezca. No digo que los acompaño en su sentimiento, pero de que debe doler, sí, debe doler mucho.
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