Los ritmos modernos
Cuando nos reuníamos en el Malecón los domingos, casi siempre en la terraza del Carimar, había muchos “artistas” que no precisamente nos deleitaban, pero nos divertían muchísimo. Recordamos a los telépatas, al Sandro dominicano, el perico ripiao de albinos que debía retirarse antes del amanecer por el mito de que los albinos no ven de día, y muchos otros, entre ellos un pequeño grupo formado por un guitarrista, un tamborero y un güirero/maraquero que anunciaba “los ritmos modernos”, pero sólo se sabían “debes tener personalidad, oh, personalidad, sí, personalidad…” y ni siquiera se lo sabían completo, además de que ya para entonces esa pieza era viejísima. Eran los únicos que recibían nuestra atención y nuestra pequeña contribución.
Todo lo anterior de preámbulo para hacerles saber, por si les interesa, que nos hemos constituido en el grupo “Nunca es tarde” y nos estamos reuniendo para desinhibir nuestras represiones, realizar nuestras fantasías, digamos que pasar esa materia pendiente de ser parte de un grupo de bailes “modernos”, a saber, twist, mambo, rumba abierta y rumba flamenca, rock’n roll, chachachá, bugalú, mashed potato, merengue de nuestra época, y demás.
Desconocemos el pronóstico, pero ¡cuánto estamos gozando! Eso, sin contar lo bien que dormimos después de ese divino ejercicio de dos horas, entre amigos y amigas, al tiempo de alejar al alemán que nos trastorna, botar tensiones, quemar calorías y poner el atribulado corazón en salsa, dirigidos por la profesora Angelina Tejada (Chicha, por supuesto), con dos de los instructores de su Academia, donde empezamos a reunirnos este jueves y todos los jueves de ocho a diez de la noche (ya pasó el jueves Corpus, así que no hay riesgo de más jueves festivos).
Es una forma de bailar sin tener que vestir galas ni desbaratar zapatos (vamos en tenis), sin gastar en bebida, y sobre todo entre amigos y conocidos. Pagamos mil pesos de inscripción y mil pesos mensuales por adelantado y, repito, ¡gozamos muchísimo! Somos gente divertida.
¡Intégrense! Llamen a La Academia en horas de la tarde al 809-689-9062 o caigan allá directamente el jueves a las ocho de la noche con su menudo en la mano. Es en la zona universitaria, calle Padre Pina (la que baja del “Marión” a la Independencia) # 103 (casi esquina Fiallo Cabral). Y si tienen algún “estreno mundial” bailable, llévenlo.
No se mortifiquen por el cupo, que el salón es grande y, en caso de lleno, se abrirá otro espacio, con el mismo horario, los martes. Nos vemos.
Todo lo anterior de preámbulo para hacerles saber, por si les interesa, que nos hemos constituido en el grupo “Nunca es tarde” y nos estamos reuniendo para desinhibir nuestras represiones, realizar nuestras fantasías, digamos que pasar esa materia pendiente de ser parte de un grupo de bailes “modernos”, a saber, twist, mambo, rumba abierta y rumba flamenca, rock’n roll, chachachá, bugalú, mashed potato, merengue de nuestra época, y demás.
Desconocemos el pronóstico, pero ¡cuánto estamos gozando! Eso, sin contar lo bien que dormimos después de ese divino ejercicio de dos horas, entre amigos y amigas, al tiempo de alejar al alemán que nos trastorna, botar tensiones, quemar calorías y poner el atribulado corazón en salsa, dirigidos por la profesora Angelina Tejada (Chicha, por supuesto), con dos de los instructores de su Academia, donde empezamos a reunirnos este jueves y todos los jueves de ocho a diez de la noche (ya pasó el jueves Corpus, así que no hay riesgo de más jueves festivos).
Es una forma de bailar sin tener que vestir galas ni desbaratar zapatos (vamos en tenis), sin gastar en bebida, y sobre todo entre amigos y conocidos. Pagamos mil pesos de inscripción y mil pesos mensuales por adelantado y, repito, ¡gozamos muchísimo! Somos gente divertida.
¡Intégrense! Llamen a La Academia en horas de la tarde al 809-689-9062 o caigan allá directamente el jueves a las ocho de la noche con su menudo en la mano. Es en la zona universitaria, calle Padre Pina (la que baja del “Marión” a la Independencia) # 103 (casi esquina Fiallo Cabral). Y si tienen algún “estreno mundial” bailable, llévenlo.
No se mortifiquen por el cupo, que el salón es grande y, en caso de lleno, se abrirá otro espacio, con el mismo horario, los martes. Nos vemos.
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