Todos a una

Viendo los resultados de las encuestas de estos días, queda claro que si Danilo consiguiera el 9% que se le atribuye al PRSC, no alcanzaría a Hipólito. Sin embargo, si Hipólito se alza con ese 9%, ganaría ampliamente en la primera vuelta. Es lo que queremos y lo que nos conviene a todos/as los/as dominicanos/as.

Mi optimismo (no triunfalismo) está en sus aguas, y más aun cuando leo los nombres de los coordinadores de campaña de Danilo, lo que se dice un Dream Team: de entre todos los impopulares morados, sacaron con pinzas a los más impopulares de todos, y todavía les queda una tremenda reserva, una cantera inagotable de súper impopulares.

Euclides, que popular no ha sido nunca, acaba de poner un huevo de avestruz. No se explica cómo un abogado de tanta experiencia, un político de tal trayectoria, se arrastra por el subsuelo a intimar a los anunciantes de un programa tan respetable y respetado como el de Nuria.

Entre eso y el profundo dolor de Reynaldo, que hasta parece auténtico, no queda más que pensar que definitivamente a los peledeístas se les han desconectado todos los alambritos. Perdieron por completo la noción de la realidad.

Para la candidatura a la vicepresidencia, la lista de nombres va en aumento. Creo que están tomando el pulso a ver con cuál pegan. Quien quiera que resulte agraciado/a con la candidatura, tendrá que bañarse tempranito, todos los días, con mantequilla, de la buena, porque cada nombre que surge, arrastra una cola a la que no se ha podido medir la longitud, pero se percibe larga.

Elijan a quien mejor les parezca: de ninguna manera ganarán las elecciones. La población se está volcando masivamente hacia la candidatura de un ex presidente que ha aceptado regresar para, lejos de justificar, admitir, más que sus errores, sus metidas de pata; que valora y aprovecha esta oportunidad para reivindicarse, y que está aglutinando alrededor de su figura la intención del voto, no solamente de las mayorías, más el voto duro del PRD y sus aliados, sino de las llamadas minorías, esos sectores que tradicionalmente los partidos no toman en cuenta, que se congregan en la sociedad civil, en fin, todo el pueblo dominicano.

Entonces, Francisco Javier, no es que el huracán Hipólito no llegará al palacio, es que, cual ciclón batatero, los votantes de la capital y sus cruces, del Cibao, del Sur, del Este, los reformistas indignados, los peledeístas afuereados, todos a una, arrancaremos del Poder Ejecutivo todo lo que nos huela al intento de dictadura del PLD.

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