Se acerca la hora

Estamos llegando al esperado día. A estas alturas, ya hemos hecho todo lo que ha estado a nuestro alcance y un chin más para asegurar el triunfo de nuestro candidato, Hipólito Mejía. Prácticamente, lo único que falta es votar, cosa que no debemos dejar de hacer bajo ninguna circunstancia. Mientras llega la hora, llamemos, visitemos o escribamos de nuevo a nuestros conquistados para recordarles su compromiso, así como la forma de votar: aunque la foto de Hipólito aparezca en tantas casillas como partidos lo apoyan, solamente se debe marcar una, para que el voto sea válido, con una cruz o una equis que no exceda el borde de la casilla. No está de más dar una sopladita para que la tinta se seque, no vaya a ser que marque una segunda casilla cuando doblemos la boleta y haga contacto con otra casilla. Recordemos a nuestros votantes que pueden votar por Hipólito marcando la casilla 1 del PRD, la 5 del MODA, la 11 del PRSD, o la 13 del PHD. Pero solamente una. Mis allegados y yo marcaremos la casilla 11. Estoy inscrita en el PRSD, he sido su candidata a diputada y a regidora, y nunca me cansaré de agradecer a Hatuey este apoyo que ha dado a Hipólito, lo que ha significado su presencia en la campaña, lo que aportará en votos y, de manera especial, la tranquilidad que nos da saber que, en caso de imprevistos, tenemos quien eche el pleito como lo ha hecho – y lo ha ganado – en otras ocasiones, aunque esta vez confiamos en que no habrá necesidad. Algo más que debemos hacer en estos días es ofrecernos formalmente como voluntarios para delegados y convencer a quienes nos rodean de que hagan lo mismo, para que no nos pasemos cuatro años más con las manos en la cabeza por habernos negado a disponer de un día para cuidar y eventualmente defender los votos de nuestro candidato. Nuestro tiempo es lo más valioso que podemos aportar. Insisto, es un solo día que, como todos los demás, pasará. Si queremos terminar esta larga y agotadora temporada con la satisfacción que produce la sensación del deber cumplido, consagremos este día para vigilar del cerca el proceso, el conteo, el manejo de las actas. Seamos los guardianes celosos de los resultados. No nos dejemos provocar ni desanimar por nada ni nadie. Hagamos de cuenta que llevamos un embarazo a término y que no escatimaremos esfuerzos para tener un alumbramiento feliz, para que la criatura nazca rodeada de amor y paz, de modo que viva sus cuatro años plenamente en salud y bienestar. Así lo queremos, lo necesitamos y lo merecemos.

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