No te contamines, Luis

A excepción de 1966, he tenido edad para votar en todas las elecciones. Sólo me abstuve una vez, por encontrarme estudiando en Francia y, de todas formas, cuando fui a buscar el inolvidable registro electoral para votar en 1978, aparecí como quien había votado en 1974. Cada proceso electoral tiene su historia y cada una de esas historias contiene más de un espectáculo producido por el PRD, lo que extrañamente no ha impactado cuantitativamente su voto cautivo, duro, pero sí lo ha hecho perder más de unas elecciones, no hablemos del número de partidos emergentes productos de esos shows, por cierto, nada artísticos. En todos estos años, no recuerdo a ningún candidato ni candidata que me haya impresionado como Luis Abinader. Tendré la precaución de no deshacerme en elogios, que tampoco ése es mi fuerte. Pero de que me encantó su desempeño durante el proceso, no hay dudas. Su sola presencia llenó todos los espacios. Su desenvolvimiento, su dominio, lo hacía lucir “extranjero”, de país civilizado. El trabajo de su equipo fue insuperable. Dado que aquí en el subdesarrollo, bien podría ser tu madre, me atrevo a pedirte, Luis, que te pongas antiojeras, tapones en los oídos, y todo lo que sea necesario para que no te contamines de lo que parece inminente en el PRD y puedas postularte en 2016. Ya que eres parte de una universidad, ofrece carreras, diplomados y maestrías relacionadas con la administración pública, que es mucho lo que se aprende en cuatro años de estudios formales y tomados en serio. Cursos para síndicos, regidores, diputados, senadores, ministros, directores, encargados de departamentos, servidores públicos en todas las áreas. Entrenamiento a dos manos. Organización y métodos. Orden del pensamiento. A precios razonables, con programas de becas institucionales (fundaciones, organismos internacionales, gobiernos de otros países), en fin, que para 2016 haya un número de ciudadanos y ciudadanas con la debida formación académica y política para hacer una oferta irresistible, inobjetable, atractiva dentro y fuera del PRD. Una generación nueva y diferente de administradores del Estado, de lo que pueda quedar de él para entonces. Eso nos mantendrá alejados de bochinches, saneando nuestras intenciones y nuestra actitud hacia la patria, haciendo conciencia de nuestros derechos y deberes; en vez de sentirnos derrotados, nos sentiremos desafiados y mejoraremos nuestras aptitudes para hacernos cargo de la vida nacional y seamos respetables y respetados. Gracias, Luis.

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