Bienvenidos, bienvenidas al PRD

El Partido Revolucionario Dominicano está presidido por un incalificable ciudadano que, por el más elemental sentido de ética, no debió competir por la candidatura presidencial. Perdió y no lo entiende ni lo acepta.

Aunque él mismo proclamó el ganador de la candidatura presidencial del partido que preside, no se ha limitado a negarle el debido apoyo: no pierde ocasión de contradecirlo, desautorizarlo, perjudicarlo.

Sin embargo, esto no ha sido óbice para que una cantidad inimaginable, incalculable, de votantes se esté comprometiendo con la candidatura del PRD, del Proyecto República Dominicana.

Gente a quienes no se nos habría ocurrido abordar, están llegando por sus propios pies. Amigos, amigas, parientes, relacionados y relacionadas a quienes, por respeto a la preferencia que le conocíamos, o a sus sabidas relaciones primarias con otras candidaturas o partidos, o de su trayectoria de indiferencia a los asuntos políticos, de ninguna manera habríamos invitado a adherirse a esta causa, se están poniendo a la orden, están manifestando su apoyo ya sea con su invaluable tiempo, sus apreciables conocimientos, sus contribuciones materiales, lo que está a su alcance, pero no lo que les sobra, sino en auténtico desprendimiento, todos y todas impulsados por el mismo motivo: no queremos, ni debemos ni podemos perder las “erecciones”.

No sabía que había tantas formas de manifestar repudio, asco, rechazo, hartazgo a un gobierno, a un partido, a un presidente y a sus socios. La imposición de Margarita ha resultado tremendo boomerang, principalmente en las entrañas mismas del PLD. Las medidas presidenciales, sus actividades sociales a expensas de nuestra economía (“charity”, en sus desvaríos), todo ha sido muy mal visto por la población. ¡Hasta Taína renunció, muerta de vergüenza!

Tampoco había visto antes que, más que la militancia, un país entero apoyara a un candidato muy a pesar del presidente del partido que avala su candidatura y de las malas artes de quienes pretenden secuestrar (más) el poder.

Ahora, tenemos que emplearnos a fondo, capitalizar nuestras afinidades, demostrar que tenemos un interés común y ponernos a una para que salgamos de esto en la primera vuelta.

Lo principal es no abstenernos, mucho menos dispersar, desperdiciar el voto; ocuparnos de que nuestros allegados también voten, y voten correctamente, marcando solamente el número 1 (uno) en la boleta electoral.

Al tiempo de agradecer sus expresiones, les recomiendo integrarse a un comité afectivo y a la vez formar uno propio, con diez (10) a veinte (20) personas que no estén en el padrón del PRD. No vacilen en externar las ideas, inquietudes, necesidades que consideren deben formar parte del programa de gobierno. ¡Pronto!

Llegado el día, debemos vigilar muy de cerca el proceso como delegados de las mesas electorales, asegurando el conteo exacto de los votos y firmando las actas con la seguridad de que contienen los resultados verdaderos.

¡Bienvenidos, bienvenidas al Proyecto República Dominicana!

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
No se, sigues sin ver la realidad electoral.

Todo el escenario cambió en octubre.

Saludos.

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