Tu maldita madre

“Hija mía, quien te ha escrito esa asquerosa carta que con tanta frecuencia te leen por radio y televisión, envenenándote contra tu PaPaH, no es tu verdadera madre. Es tu maldita madre, la usurpadora que a base de malas artes de toda especie me separó de tu PaPaH y también de ti. Me lo ha quitado todo. La realidad, lo único que importa, es que amo a tu PaPaH cada día más, lo añoro, me muero de nostalgia, muy pronto volveré con él, y juntos te arrancaremos de las garras que te aprisionan y te torturan. Ten fe, que esta pesadilla tan larga está llegando a su fin. Y tú, mi hija, tranquila, que aunque han acabado con nuestro patrimonio y nos han endeudado tanto, nos recuperaremos, te lo prometo.”

En estos días de asueto vi una película en la que un alcalde perverso y corrupto de pueblo pequeño (infierno grande) europeo, a principios del siglo pasado, presenció un estupro y una golpiza salvaje y, para que sus tres hijos, ejecutores de la encomienda, no se sintieran culpables, les dijo: “lo que acaban de hacer no es delito, es política”. ¿Eso explica el execrable anuncio, un siglo después?

¡Dios santo! Conozco a los hermanos Castillo desde pequeños. Nos criamos en el mismo barrio, en la zona universitaria. Uno de ellos recibía clases de mi mamá, creo que Pelegrín. Nunca fueron lo que se dice indigentes, aunque tampoco ricos. Como muchos otros, tuvieron su rato – largo - de olla, pero hace mucho tiempo que lo superaron y ¡de qué forma!

No pueden quejarse. Han tenido vigencia en nuestra vida política todo el tiempo. Pelegrín ha sido diputado, el más votado, todas las veces que ha querido. Esta sociedad no les ha negado nada de lo que se han antojado.

Entonces, me pregunto, ¿por y para qué están dando la cara, el nombre de su partido, precisamente en lo más sucio que hasta ahora ha salido en lo que apenas son los avances de esta campaña que está tomando un derrotero tan peligroso?

No se me ocurre regatearles su derecho a permanecer aliados al PLD, a apoyar los candidatos de Leonel, pero de ahí a tomar la delantera en una ofensiva tan barrial, tan sin clase, tan baja, la verdad, moriré sin entenderlo. ¡Muchachos graduados de los mejores colegios, de buenas universidades, privilegiados como pocos! Estoy horrorizada.

De un peledeísta cualquiera, uno de los tantos que no logran saciar sus profundos resentimientos sociales con ningún dinero, con ningún poder, no me habría extrañado. Pero de los hermanos Castillo, no lo esperaba. ¿Cómo se atreven a hablar del PaPaH de nadie?

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Te leo y te siento desesperada.

Un saludo.

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