Diez valores humanos

En tripod.com, encontré definiciones muy sencillas de los siguientes diez valores humanos:

La amistad es un valor universal. Está claro que difícilmente podemos sobrevivir en la soledad y el aislamiento. La amistad es un cariño, un aprecio que mueve a dar.

El respeto es la base de toda convivencia en sociedad. Con él viene la tolerancia. Es una forma de reconocimiento, de aprecio y de valoración de las cualidades de los demás, ya sea por su conocimiento, experiencia o valor como personas.

La sinceridad nos hace dignos de confianza. Caracteriza a las personas por la actitud congruente que mantienen en todo momento, basada en la veracidad de sus palabras y acciones. Aunque parece tan sencillo, a veces es lo que más cuesta trabajo.

La laboriosidad significa hacer con cuidado y esmero las tareas, labores y deberes propios de nuestras circunstancias. Trasciende el cumplimiento.

La solidaridad es un valor que nos ayuda a ser una mejor sociedad y que no solamente debe vivirse en casos de desastre y emergencia. Es una característica de la vida social que nos inclina a sentirnos unidos a nuestros semejantes y a la cooperación con ellos. (Recordemos que este valor humano se considera la base del progreso.)

La voluntad nos mueve a hacer cosas de manera intencionada, por encima de las dificultades, los contratiempos y el estado de ánimo. Nos lleva a ser cada vez más productivos y eficientes.

La responsabilidad es un signo de madurez, pues cumplir una obligación de cualquier tipo no es necesariamente agradable, implica esfuerzo. Si todos hiciéramos un pequeño esfuerzo por vivir con responsabilidad, nuestra sociedad, nuestros países y nuestro mundo serían diferentes.

La decencia nos hace conscientes de la propia dignidad humana. Por decencia se guardan los sentidos, la imaginación y el propio cuerpo. Uno de los valores que habla más de una persona es la decencia. Para vivirla se necesita educación, compostura.

El sacrificio es un esfuerzo extraordinario para alcanzar un beneficio mayor, venciendo los propios gustos, intereses y comodidad. Todo aquello que vale la pena requiere de sacrificio. Quien vive el valor del sacrificio, va por un camino de constante superación.

La justicia consiste en reconocer y en respetar los derechos de todos. Impone deberes estrictos, exigibles. La virtud de la justicia se fundamenta en la intocable dignidad de la persona.

Ejercer y exigir estos valores nos acerca al bienestar, a la satisfacción y a la felicidad que queremos, necesitamos y merecemos.

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