Ideas y acusaciones
Danilo pide a Hipólito que base su campaña en ideas, no en acusaciones. Más plumas de burro. Sí, porque todavía no está claro en qué se basa la campaña de Danilo. La única idea clara es su deseo enfermizo de ser presidente de la república. Y las acusaciones que él mismo y el aparato que lo respalda hacen al candidato del PRD están divorciadas – sin partición de bienes - de los valores humanos, principalmente de la decencia.
No sé de qué criterio parte para creerse un hombre presidenciable. Pero aceptemos que es un derecho constitucional, inalienable. Quienes van a votar por él y quienes no vamos a votar por él también tenemos derecho a saber de qué ha vivido Danilo, a quien no se le conoce empleo ni ejercicio privado ni empresa, sino que lo estamos viendo sin oficio desde el año 2000.
De igual modo, nos asiste el derecho de recibir una aclaración que no deje el menor resquicio de duda sobre las denuncias documentadas de las cuentas de su compañera de boleta.
Queremos que Danilo nos informe del paradero de todos los fondos internacionales recibidos para ayudas en momentos de desastres naturales durante sus cuatro años de secretario de la presidencia y los ocho años de gobierno de su partido y que nos diga ago que recoja, bien recogida, la vergüenza que estamos pasando con los fondos donados para Haití que fueron puestos en administración al gobierno dominicano, tanto a través de la presidencia de la república, como del despacho de la primera dama, como de varios ministerios.
Quizás Danilo encuentre las palabras adecuadas para que la población entienda por qué nos han puesto a todos y cada uno de los dominicanos a vivir igual y peor que todos ellos antes de llegar al poder, o sea, por qué no se conformaron con mejorar sustancialmente su vida, sino que, para poder disfrutarla, tuvieron que lanzarnos a todos al fondo de un abismo del que nos dará brega salir, pero saldremos.
Danilo, lejos de comprometerse a gobernar con un equipo diferente, siquiera con los peledeístas que no han “visto a Linda”, está prometiendo un año más a los funcionarios actuales, de los que no queda nada por contar, aunque podrían faltar cosas por descubrir.
Danilo acepta que su campaña se dirija desde el Palacio Nacional, que de ahí salgan las declaraciones más sucias, perversas y retorcidas que se hayan escuchado en la historia dominicana. Y permite que se le financie con dinero del Estado y de los conocidos “beneficios marginales” de muchos funcionarios.
Entonces, Danilo, practica lo que predicas. Danos a conocer tus ideas y pide a tu gente que acuse con apego a esos valores humanos que no recordamos hayas ejercido durante tus años de primer ministro, ni estamos percibiendo que ejerzas en tu campaña.
Como bien has reclamado, el candidato eres tú. Hace tiempo que sabemos que los pobres no votan por ideas. Tú y tu gente se ocuparon de hacernos pobres a todos. No sólo tienes que demostrar que eres mejor que Hipólito. Tienes que convencernos de que eres diferente a los tuyos. ¿Podrás?
No sé de qué criterio parte para creerse un hombre presidenciable. Pero aceptemos que es un derecho constitucional, inalienable. Quienes van a votar por él y quienes no vamos a votar por él también tenemos derecho a saber de qué ha vivido Danilo, a quien no se le conoce empleo ni ejercicio privado ni empresa, sino que lo estamos viendo sin oficio desde el año 2000.
De igual modo, nos asiste el derecho de recibir una aclaración que no deje el menor resquicio de duda sobre las denuncias documentadas de las cuentas de su compañera de boleta.
Queremos que Danilo nos informe del paradero de todos los fondos internacionales recibidos para ayudas en momentos de desastres naturales durante sus cuatro años de secretario de la presidencia y los ocho años de gobierno de su partido y que nos diga ago que recoja, bien recogida, la vergüenza que estamos pasando con los fondos donados para Haití que fueron puestos en administración al gobierno dominicano, tanto a través de la presidencia de la república, como del despacho de la primera dama, como de varios ministerios.
Quizás Danilo encuentre las palabras adecuadas para que la población entienda por qué nos han puesto a todos y cada uno de los dominicanos a vivir igual y peor que todos ellos antes de llegar al poder, o sea, por qué no se conformaron con mejorar sustancialmente su vida, sino que, para poder disfrutarla, tuvieron que lanzarnos a todos al fondo de un abismo del que nos dará brega salir, pero saldremos.
Danilo, lejos de comprometerse a gobernar con un equipo diferente, siquiera con los peledeístas que no han “visto a Linda”, está prometiendo un año más a los funcionarios actuales, de los que no queda nada por contar, aunque podrían faltar cosas por descubrir.
Danilo acepta que su campaña se dirija desde el Palacio Nacional, que de ahí salgan las declaraciones más sucias, perversas y retorcidas que se hayan escuchado en la historia dominicana. Y permite que se le financie con dinero del Estado y de los conocidos “beneficios marginales” de muchos funcionarios.
Entonces, Danilo, practica lo que predicas. Danos a conocer tus ideas y pide a tu gente que acuse con apego a esos valores humanos que no recordamos hayas ejercido durante tus años de primer ministro, ni estamos percibiendo que ejerzas en tu campaña.
Como bien has reclamado, el candidato eres tú. Hace tiempo que sabemos que los pobres no votan por ideas. Tú y tu gente se ocuparon de hacernos pobres a todos. No sólo tienes que demostrar que eres mejor que Hipólito. Tienes que convencernos de que eres diferente a los tuyos. ¿Podrás?
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